Tras la aprobación de la moción presentada al Ayuntamiento por el
grupo popular sobre supresión y traslado del mercadillo franco de los miércoles
de Camino Llano, nos tememos que va a comenzar otra vez la misma guerra de los
usuarios y vendedores del mismo que
cuando hace tiempo el grupo socialista aprobó una moción similar, que no se
había llevado a efecto, y de la que tomaba pie la del grupo popular aprobada
ayer.
Yo no voy a entrar en la justeza o no de aprobación de una moción. En
democracia hay que acatar estas decisiones y la moción la aprobaron todos los
grupos menos el socialista que, por matizaciones, se abstuvo.
Lo que sí quiero es expresar lo que pienso sobre la supresión del
mercadillo Desde su inicio, allá por la época de la dictadura franquista, los
industriales establecidos le habían sentenciado a muerte porque para ellos
suponía una competencia a sus negocios que no podemos olvidar, y si el
mercadillo se mantuvo fue por el decidido apoyo del gobernador de entonces que
se inclinó, justa o injustamente, por lo que él creía un beneficio para los
consumidores. Esto suele olvidarse o silenciarse aunque en nuestro fuero
interno todos sabemos que es así. Lo demás, a mi modo de ver, es anecdótico;
aquí, como en las guerras, hay unos intereses comerciales en juego que son los
que en definitiva privan en estas decisiones, aunque se disfracen como
conveniencias a favor del usuario. Lo cierto y verdad es que los usuarios, aun
con todos los defectos que se le señalan al mercadillo, estaban volcados en él
y, para mí, ese es el mejor síntoma de que era válido. Que para muchos usuarios
modestos el mercadillo suponía un ahorro también es verdad, por lo que aun
respetando al acuerdo, a mi no me quitan de la cabeza de que en él han
prevalecido en mucha medida los intereses creados, Así de claro.
Diario HOY, 12 de octubre de 1984
NOTA.- Aunque
Fernando ubica los principios del mercadillo: “allá por la época de la
dictadura franquista”, la afirmación no es correcta, ya que el mercado franco
de Cáceres se inició el 14 de diciembre de 1977, cuando Franco llevaba más de
dos años muerto y enterrado. Gobernaba la UCD y fue una iniciativa del entonces
Gobernador Civil Luis García Tafalla ante la insistente petición de la
Asociación de Amas de Casa y así lo recoge el propio Fernando en la “Ventana”
titulada “Cáceres
y sus mercados”. (Nota de Teófilo Amores)
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