Todo se nos vuelven manifestaciones, paros y protestas, que sin entrar
en el fondo de ellas muestran un malestar del ciudadano con la Administración,
en este caso socialista, que se da de bruces con la alegría con que acogimos a
dicho Gobierno, al que una mayoría de españoles les dimos el “mango de la sartén” y ahora, otra gran
mayoría —que puede ser la misma— no nos gusta lo que se guisa en ella. Por algo
se harán estas protestas y no todas pueden ser caprichosas, sino que la mayoría
pueden tener un fondo de razón que es posible el Gobierno o la Administración,
olímpicamente, no se pare a ver.
En el caso de los estudiantes, que nos atañe más directamente, ya que
los de nuestra Universidad también se manifestaron, hay que decir que la subida
excesiva de las tasas es una razón más que suficiente para protestar, máxime
ante un Gobierno socialista que, en la oposición y en la campaña electoral, se
le llenó la boca de decir que la enseñanza debería estar al alcance de todos y
no ser elitista, aunque ahora con esas subidas se la convierte en tal, ya que
sólo podrán estudiar los que tengan dinero para ello. Puede que sobren estudiantes
y esa sea una razón, puesto que se ha dicho que la Universidad es una fábrica
de hacer parados, pero la selección de los que deben estudiar no puede hacerse
por la bolsa o las disponibilidades económicas de los padres, porque es injusto
y antisocial y se condena a gentes bien dotadas intelectualmente, pero sin
dinero. Yo no sé si esto lo han pensado en “las
alturas”, o si en esas alturas hay cierto “nirvana” que emborracha y no deja ver lo que sucede más abajo.
En fin, que no lo tienen fácil los socialistas que, hasta para más
inri “consienten” que al ministro de
Sanidad le de hasta la gripe.
Lo que demuestra que, bromas aparte, los toros se veían mejor desde la
barrera.
Diario HOY, 6 de diciembre de 1984
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