sábado, 11 de noviembre de 2017

Cumplidores y no histriones


Conste que no quiero señalar a nadie, porque no es caso único, sino que se da con más frecuencia de la deseada en nuestro Ayuntamiento. Me refiero a los larguísimos plenos, que en muchas ocasiones se prolongan más de la cuenta porque algunos de nuestros ediles no se han leído la documentación de lo que se está discutiendo, ni los informes, ni toda la letra menuda que, pienso yo, tienen obligación de leerse porque para eso los pagamos y los elegimos y el no hacerlo así supone, al menos, un pequeño fraude a sus electores.
Que usted o yo, que vamos de oyentes a los plenos, no conozcamos la documentación previa para la que se pide opinión a los ediles es lógico, porque no tenemos acceso a ella, pero no lo es el presentarse allí de concejal a ver de qué se discute y a ver qué es lo que se me ocurre —sin consultar un papel— y dejando todo a la improvisación. Esto al menos no es serio, como no es serio el que estando discutiendo algún punto, como por ejemplo el Plan General de Ordenación Urbana, algún concejal, de los más discutidos, confiese con toda desfachatez: “Bueno, yo no me he leído ese mamotreto ni pienso leérmelo pero quiero que se me informe de lo que está haciendo porque me opongo a ello.”
Estas y otras agudezas son corrientes en nuestros plenos municipales y a veces causan la risa de los asistentes, cuando deberían causar el llanto si es que somos conscientes de que en la cosa pública lo que necesitamos son gentes preparadas —o al menos con interés— más que histriones que hagan reír a la concurrencia.
Pienso yo que la preparación de nuestros políticos no se improvisa, como pienso que de donde no hay no se puede sacar y hay algunos que no sirven para el cargo y esto debe saberlo el pueblo que los elige, aunque todo esto sea una labor de decantación lenta y, hasta es posible que el pueblo se incline más por el histrión que les hace gracia que por la persona preparada y honestamente cumplidora de su obligación. En fin, para terminar, que entre todos nos tenemos que tomar más en serio la cosa pública porque a todos nos atañe.
Diario HOY, 10 de junio de 1984

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