Es indudable el éxito que han tenido, dentro de las Feria de San
Fernando de Cáceres, la de muestras de productos extremeños, a la que concurren
una veintena de expositores de productos alimenticios, comestibles y
bebestibles de nuestra región, dándose el caso de que muchos de estos productos
son desconocidos de nuestras gentes, o al menos desconocidos en cuanto a que se
producen en Extremadura. En este sentido ha habido muchas sorpresas, en su mayoría
gratas, en cuanto a exclamar: “¡Ah!,
¿pero esto se fabrica aquí?”. Pues sí señores, hay muchas cosas que se
fabrican en Extremadura y que desconocemos los extremeños de una y otra
provincia, sobre todo si lo producido es en la otra provincia.
Por todo lo dicho, pienso yo que estas ferias tienen entre otras muchas
ventajas la parte positiva de que los propios extremeños vayamos conociendo
nuestros productos, nuestras marcas, nuestros fabricados y todo lo que
Extremadura produce y vende, fuera de la región y aún fuera de la nación. No se
trata de una defensa a ultranza de lo nuestro si su calidad no lo merece, pero
sí de lo que tenga verdadera calidad para ser defendido, divulgado y consumido
por nosotros mismos, si es que queremos que lo nuestro se imponga.
La nuestra, como decimos, es una sorpresa porque —por ejemplo— yo no
sabía que aquí una de nuestras empresas hace una serie de comidas enlatadas
para animalitos domésticos que tienen su garra en el mercado nacional; o que
aquí se producen una gran cantidad de mieles y ponen —que está tan en moda— que
son buscados y apetecidos en el resto de España. En fin, que también esta feria
es una verdadera lección para el resto de los extremeños que es bueno
conozcamos lo nuestro, sin que ello quiera decir que defendamos lo que no sea
de calidad.
Diario HOY, 31 de mayo de 1984
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