
Otra avenida hecha totalmente de forma artificial es la llamada
popularmente de Las Acacias, o de Nuestra Señora de Guadalupe. Donde está
ahora la avenida había una profunda sima, y en la parte de su arranque, donde
están hoy los hoteles Extremadura y Alcántara, un alto cerro que desde época
anterior a la guerra civil se fue desmontando y allanando, llevando su tierra
mediante unos carriles con vagonetas, hasta la sima que indico para rellenarla
y formar, muy posteriormente, el promontorio por donde hoy discurre la avenida.
También esas vagonetas eran objeto de juegos infantiles y, cuando los obreros
dejaban la obra, los chavales de entonces montaban en ellas para dejarlas
sueltas por el carril y saltar, con vagones y todo, al vacío de la sima en un
peligrosísimo juego que proporcionó algunos accidentes en los que la parte más
difícil era contar en casa cómo se había accidentado uno.
Son, si ustedes quieren, antiguos recuerdos de un Cáceres inmediato y
desaparecido que hoy día nos parece insólito cuando le vemos reflejado en
viejas fotografías. También recuerdan los juegos infantiles de entonces que no
eran “todo lo santos” que dicen los
mayores.
Diario HOY, 8 de abril de 1984
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.