Hay que recuperar la plaza pública para el pueblo, y este es el
criterio de nuestro actual alcalde, don Manuel Domínguez Lucero, que vuelve de
Madrid ilusionado con esta idea. Tenemos que reconocer que nuestra Plaza Mayor,
antiguo recinto de convivencia del vecindario, se nos ha convertido en un
enorme garaje sin utilidad para el vecino de a pie.
Este fue un desacierto del antiguo alcalde, Díaz de Bustamante, al
que, en compensación, le debemos otros muchos aciertos en su gestión, como
puede ser el del abastecimiento de aguas, desviación del ferrocarril, etc. Pero
todo ser humano tiene desaciertos y esta transformación en garaje de la Plaza
Mayor fue uno de los de don Alfonso que, si quedó enjugado por otros aciertos,
hizo perder la primitiva finalidad que las plazas mayores de nuestros pueblos y
ciudades tienen para el vecindario, cual es el de ser centro de la convivencia
del pueblo, lugar donde estar, etc.
Ahora, con motivo de la nueva remodelación de la Plaza Mayor, parece
ser que quiere subsanarse el error anterior —y así nos lo ha explicado el
actual alcalde—, volviendo a trazar una plaza, con bandeja central accesible
para todo el mundo, donde puedan jugar los niños, descasar los viejos, convivir
todos y servir también para instalar esas ferias del libro o puestos que en
ocasiones determinadas no se sabe donde poner. Cierto que los estudiantes
actuales conviven en los sitios que han quedado próximos a la plaza:
escalinatas al arco de la Estrella, soportales, Foro de los Balbos, calles como
General Ezponda y otras…, pero no son suficientes y trata de devolverse la plaza
a esta convivencia ciudadana aunque, como es lógico, surgirá el problema de
dónde aparcar los vehículos, pero este es problema secundario que por otro
lado, puede subsanarse con los nuevos aparcamientos que se tienen en mente.
El proyecto no está hecho, pero paree ser que se trata de volver a
trazar la plaza como estuvo a principios de siglo con bandeja y árboles —no muy
altos para que no resten belleza a la muralla —que den sombra a los que utilicen
aquello; en fin, que de sabios es rectificar y que en realidad muy pocos cacereños
estamos contentos con como la plaza está ahora, y sobre todo: si la plaza debe
ser un lugar de convivencia para el pueblo, vemos muy bien que se le devuelva
al pueblo lo que es suyo.
Diario HOY, 24 de enero de 1982
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