(Incluida en el libro
“Ventanas a la Ciudad”)
En una antigua pintura de Eulogio Blasco, “el Mudo”, he visto un trozo
de Cáceres, ido no hace tanto, y que yo llegué a conocer. Se trata de un par de
cacereñas, mozas de cántaro, que regresan de la fuente, portando —a modo de
ánforas, como las antiguas “canéforas”— un cántaro sobre la cabeza y otro sobre
el cuadril. Esta estampa era habitual en el Cáceres de mi niñez y “el Mudo”,
las plasmó en el lienzo con esa tremenda personalidad que tenía su pintura.
Ello, unido al homenaje que la Universidad piensa dar a la Fuente del Concejo,
me ha hecho recordar las antiguas fuentes de las que durante siglos, bebió
Cáceres. Algunas de ellas las conozco porque mi padre, que era un cazador
empedernido, las utilizaba y de él aprendí los nombres en nuestras andanzas
cinegéticas.
El primer cinturón de fuentes antiguas de Cáceres, todas ellas en las
afueras —algunas desaparecidas ya y otras olvidadas—, eran: la del Rey o el
Marco, que de ambos modos se llamaba, y la de Concejo, las más populares y
abundantes en caudal y ambas fueron punto clave para el desarrollo de la
ciudad, vertiendo ambas en el pequeño río de “La Rivera” que durante siglos dio
vida a Cáceres. Este “río”, hoy casi agotado, dio en tiempos movimiento a 25
molinos harineros, sirvió a varios tintes y batanes (de ahí el nombre de Tenerías
Alta y Baja en algunas de las calles próximas) y a otras fábricas, regando una
legua de huertas. Había otras fuentes en el entorno próximo: Fuente Fría —con
el mejor agua, que tenía hasta propiedades curativas para la vista—, Aguas
Vivas, Doncellas, Butrera y Balincoso. Un poco más lejos, la de Barba, Jaraíz,
Valhondo, Santo Toribio y Caños de Santa Ana. Esta última era otra salida del
Calerizo y su bolsa acuífera subterránea, formando el arroyo de Alcocer, que
partía del actual CIR número 3 en dirección a Valdesalor y que ahora está
agotado.
Finalmente había otras fuentes más lejanas: Trasquilón, Palacina,
Santa Olalla, Álamo, Castaño, Muda el Pelo, Honda, Arropez, Las Arenas,
Valdelacasa, El Campillo, Las Terronas, Doña Gregoria, Marinas, Borbollón,
Rosa, Horriquero, Morales y Zarza, todas ellas potables y perennes en su
tiempo, pero hoy día muchas destrozadas o desaparecidas... Quede ello para
nuestra pequeña historia.
Diario HOY, 19 de diciembre de 1981
Me resulta extraño que no se mencionen fuentes tan cacereñas como la Madrila, Hinche o Beltrán, quizás sea porque eran lavaderos también
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