martes, 18 de julio de 2017

¿Quién fue Gómez Becerra?

(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
En Cáceres, y pienso que en casi ninguna capital de España, no existe un callejero explicativo del nombre de las calles y uno pasa sus apuros cuando los niños, los menos niños y algún forastero, te lanza, como un dardo la pregunta: ¿y por qué esta calle se llama así, quién fue Gil Cordero, o Antonio Hurtado, o Sergio Sánchez, o Rodríguez Moñino?..., o tantos otros personajes que tienen dado su nombre a nuestras calles. Pienso por ello que los ayuntamientos deberían tener un callejero, con alguna breve explicación a estos nombres que sirvieran de ilustración para el vecino.
En algún caso se ha intentado hacerlo sobre las mismas placas nominativas y creo que en la ciudad hermana de Badajoz se hizo, pero se caía en redundancias.
En fin, nuestro Ayuntamiento, el de Cáceres, que tiene tantas calles con nombres de personajes, podría intentar publicar un callejero con algunas de esas explicaciones. Pero mientras esto sucede, intentaremos desde aquí tratar de aclarar lo que buenamente sepamos a los curiosos. Comenzaremos por la calle de nuestra redacción, la de Gómez Becerra. ¿Quién fue Gómez Becerra?:
Don Álvaro Gómez Becerra fue un ilustre cacereño que, siendo hijo de un carretero, criado de don Gonzalo María de Ulloa, logró que esta ilustre familia le becara y realizó brillantemente la carrera de Leyes, llegando a ser presidente de las Cortes de su época (1836) y del Consejo de Ministros. Antes ocupó diversos cargos en nuestra ciudad, entre ellos el de corregidor o alcalde, precisamente en los tiempos azarosos de la Guerra de la Independencia, sabiéndosela “jugar” por sus paisanos y por su pueblo y no olvidando nunca su origen humilde, hasta el punto que, por oponerse a los desmanes que en nuestra ciudad hacían las tropas francesas, estuvo dos veces a punto de ser fusilado —una de ellas ya delante del pelotón de fusilamiento y con los ojos vendados—. Fue jefe político de Cáceres, Badajoz y Toledo; regente de la Audiencia de Aragón; magistrado del Tribunal Supremo; diputado a Cortes, Senador electivo y luego vitalicio y ministro de Justicia y Gobernación, entre otros cargos. Fue hombre de vida ejemplar y defensor acérrimo del pueblo, que antepuso su amor a Cáceres a su propia vida o a su “sillón”. Vamos un ejemplo para nuestros actuales políticos.
Diario HOY, 29 de octubre de 1981

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