Mire, la Nochebuena salió porque cada cual se empeñó en que saliera lo
mejor posible, y excepto algunos pequeños incidentes callejeros, como fue el
destrozo de algunas papeleras, hubo alegría general y en nuestra ciudad no hubo
incidentes de mayor cuantía, que es lo importante.
Mucho bullicio, sí, pero todo después de la cena, que en general se
hizo en el seno familiar, pero tras de lo cual las pandillas de jóvenes y menos
jóvenes estuvieron de casa en casa, felicitando a los amigos y poniendo la alegría
lógica en las calles matizada con algún exceso de bebida pero es lo lógico en
las fechas.
Todos nos empeñamos en que la cosa saliera bien y en líneas generales,
y por lo que a la ciudad respecta, así fue.
No vamos a criticar, por no ser estas fechas oportunas de crítica, los
ambientes callejeros oficiales, en los que hubo los lógicos fallos y prisas que
todos los años suelen tenerse. Se decía y se dice que la iluminación fue escasa
y los ambientes no del todo conseguidos, no del todo bonitos, y no del todo
originales.
Un paso adelante trataron de dar los industriales haciendo una
iluminación por su cuenta y ello es encomiable, pero surgieron también algunos
inconvenientes con la casa a la que se contrataron los motivos que por las
razones que sea, no llegó a tiempo y hubo que pedirse ayuda al Ayuntamiento,
iluminándose con los viejos motivos las calles a las que no habían llegado los
nuevos, aunque así se había contratado… Experiencia para el futuro.
Entre los que más se divirtieron podemos contar a los calés de Cáceres,
que, de tradición, festejan con toda la alegría que saben poner en sus cosas la
noches de Nochebuena y cantaron y bailaron de lo lindo… y hasta algún viejo
gitano al que preguntamos: ¿por qué festejan tanto esta fiesta?, no dijo algo
que nos hizo pensar en esa tradición oral gitana que puede tener algo de
cierta: “Mire usted, “compadre” —nos dijo—, festejamos esto tanto porque cuando
la “pobrecita” Virgen estuvo por Egipto “juyendo” de los malos, nosotros los
gitanos la amparamos y nos hicimos entonces muy amigos”… Ahí queda eso, para el
investigador que quiera buscar la verdad en esa tradición oral gitana.
Que para gitanos y payos encontremos esa paz navideña que todos
ansiamos.
Diario HOY, 26 de diciembre de 1981
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