Van a “jubilar” a la “Diosa Ceres”, esto es lo que nos contó
ayer el concejal de obras, nuestro buen amigo Miguel Ángel, que nos explicó,
con toda clase de detalles, el que la rampa que ahora se está haciendo en la
escalinata del Ayuntamiento es para recoger a la vieja estatua romana —que pesa
lo suyo— y trasladarla al Museo provincial, como quien dice “jubilada” de su quehacer ciudadano, y
poner en su lugar la réplica que por encargo del alcalde Díaz de Bustamante se
hizo en tiempos, que es la que ahora figura en el Museo y que, según Ángel, es
de plástico y pesa tan poco que habrá que rellenarla de cemento para lograr “anclarla” a su peana… Esto nos da
ocasión de recordar los “servicios prestados” por “Ceres”, que ni es diosa ni
es “Ceres”, y sobre cuyo origen
existe cierta nebulosa. Lo que no puede dudarse es que la estatua figuraba ya
en Cáceres desde el siglo XVI y que es de los pocos restos romanos de la
antigua colonia “Norba” o el campamento en que Cáceres tiene su origen. Según
Benito Boxoyo, un cura que escribió de estas cosas en el siglo XVIII, la
estatua se encontró en los llanos del Salor, pero sin que se especifique el
lugar exacto, y se trajo a Cáceres donde se la colocó en el atrio del
Corregidor (lugar próximo a donde está
ahora), de donde se la trasladó, también hace siglos, a lo alto de la Torre del
Bujaco, donde estuvo en un templete hasta los años 60, en que fue puesta en el
lugar de donde ahora se la traslada… ¿Pero a quién representa la estatua?,
desde luego a un hombre. Según Floriano, es el “genio de la ciudad” y representa a un emperador ofrendando con
ropas sacerdotales; según Orti Belmonte, otro fallecido historiador, es una
representación de Augusto hecha para la Colonia, y muy similar a otra que figura en el
Vaticano… De todos modos, es uno de los restos estatuarios romanos de los pocos
encontrados en nuestro suelo, ya que la única estatua similar, de la misma
época encontrada aquí es la que figura en el patio de armas del Palacio de
Mayoralgo, que se encontró en un pozo y está descabezada. De todos modos
pensamos que, ahora que con la Universidad tenemos sabios investigadores de
estas materias debería abordarse un poco más en los orígenes de estas
representaciones. Desde luego “Ceres”
lo agradecerá.
Diario HOY, 21 de octubre de 1981
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