Cancún es una paradisíaca isla mejicana que hace unos años tuve la
dicha de conocer, pero no voy a soltarles el “rollo” particular sobre la misma,
sino a referirme a la cumbre mundial que en ella se está celebrando a la que
acuden 22 países, ricos y pobres, y de la que me ha extrañado, como a otros muchos
españoles, esté ausente nuestra nación. Allí se trata de “cocer” algo gordo internacionalmente,
cual puede ser un plan de ayuda de los países ricos a los pobres, y nuestros
políticos no se han interesado en absoluto de que España esté allí
representada, no sabemos si por aquello de que nosotros no somos “ni ricos, ni
pobres, sino todo lo contrario”, o porque “pasamos de todo” o porque nuestros
políticos están tan ocupados en mirarse
el propio ombligo y defender el sillón y la prebenda, que no les queda tiempo
para ocuparse de asuntos de trascendencia internacional, sean o no positivos a
la larga.
A uno le duele que España esté ausente de todo y que sea ella la que
se autoexcluya o que por la inercia de los más de 40 años en que se nos excluía,
los que dirigen la política internacional sigan con la misma inercia. Pienso yo
que en época de Franco por aquello de no ser demócratas, había una razón para
no estar, pero esa razón no debe existir ahora y nuestros responsables de la
política internacional deben exigir el puesto español, aunque sólo sea para “meter
bulto”, pero también para que se vayan enterando de que estamos aquí. Los
hombres de la calle no podemos hacer nada al respecto, pero si no lo hacen los
que deben hacerlo, es hora de que los critiquemos. Yo suelo comparar el caso de
España en el concierto internacional, con el caso de Cáceres en el concierto
nacional. La nuestra es la provincia del etcétera en lo nacional, y nuestra
nación lo es en lo internacional, o sea, a los que se cita por añadidura pero
sin contar con ellos. Esto es triste para los españoles de a pie, y los que nos
gobiernan deben enterarse Es más, los ciudadanos de a pie pensamos que hay que
estar: o en la OTAN, o en el Pacto de Varsovia, o en el Mercado Común o en el
COMECON… pero hay que estar, porque la imagen internacional de España se está
deteriorando, por mucha democracia que echemos por delante, por la abulia de
nuestros políticos. Más cosas se podrán decir y de hecho se dicen pero por hoy
pongamos punto.
Diario HOY, 24 de octubre de 1981
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