
Esto pasó con el crucero existente en el Potro de Santa Clara, hace ya
meses, teniendo que recurrir a viejas fotografías para volver a restaurarlo en
lo que se pudo. Gracias a que hay muy buenos canteros aún en Cáceres se logró
hacer una restauración aceptable y el crucero ha vuelto a instalarse en el mismo
lugar. Por cierto, entonces se dijo que el destrozo lo habían realizado una
banda de chicos, todos ellos menores de edad, a los que logró localizarse y
parece ser que sus padres corrieron con el gasto de restauración.
Hay otro destrozo que lleva ya unos meses sin que se sepa quién lo ha
realizado. Nos referimos al Crucifijo de piedra instalado en la esquina del
Convento de San Pablo, dando frente a la Torre de las Cigüeñas. Dicho crucifijo
también es una pieza notable, que se encontró hace años en un pozo del Santuario
de la Virgen de la Montaña, cuando se hacía una de sus últimas restauraciones.
Sucedió esto siendo alcalde don Alfonso Díaz de Bustamante, que decidió ponerlo
en el lugar que ahora ocupa, dotándole de un tejadillo de protección y una luz,
ocurriendo un caso muy curioso, por lo que se le comenzó a llamar “Nuestro Señor
de las Aguas”, ya que desde el momento que se instaló donde está comenzaron a
caer unas intensas lluvias sobre Cáceres, y a alguien se le ocurrió decir que
era porque el Cristo echaba de menos las aguas que, durante siglos, le habían
cubierto en el pozo donde estuvo… En fin, leyendas y supersticiones. Pues bien,
este crucifijo desde hace unos meses ha aparecido con la cabeza destrozada, sin
que se sepa quién ha realizado tal desmán.

Diario HOY, 26 de enero de 1982
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