
La sorpresa ha sido porque nosotros no sabíamos que Manolo Bermejo era
un escalador —dicho sea sin reticencias ningunas— ni que había empleado la
cuerda, los clavos, el piolet, el baudrier de escalada, etc., etc… pero cuando
se le nombra jefe deber ser por su capacidad y habilidad para encaramarse a las
alturas y su preparación física para este menester que —dicho sea de paso— no
debe ser nada sencillo.
No obstante, como la expedición es para 1982, se habla de que habrá
una preparación física previa para los participantes con el fin de adaptarlos a
los fríos intensos de las alturas y a la exposición de las radiaciones
ultravioletas que ello lleva consigo… Se habla de una preparación mediante
tablas de gimnasia y ejercicios de carrera que, claro es, son muy distintos a
los que están acostumbrados los políticos de cualquier procedencia que, aunque
escalen y sean hombres de altura, suelen hacer una vida más sedentaria con un
exceso de apoltronamientos en sus sillones que deben venirle muy mal para, en
un momento dado, dar el “do de pecho” en la escalada del otro tipo... ustedes
me entienden…
De todos modos yo seguiré expectante esta trayectoria de nuestro buen
don Manuel, que se nos presenta como un joven deportista, aunque —como les decía
al principio— no he dudado nunca que fuera un hombre de altura…
Pero digo yo: si don Manuel Bermejo logra también completar los Andes…
¿qué va a dejar para don Luis Ramallo y otros “oponentes políticos”, aunque
amigos, que también “pican muy alto”?
Diario HOY, 15 de diciembre de 1981
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