Me van ustedes a permitir que de forma extraordinaria llame a lo que
suelo llamar “ventana a la ciudad”, “tronera”, aunque sólo sea por dos razones:
la primera de ellas, que entre tanta torre como tenemos en la ciudad antigua,
haya más que ventanas, troneras y saeteras, y porque estoy “que trueno” por las
noticias de que me acabo de enterar, como estoy seguro van a “tronar” y
“trinar” ustedes cuando se enteren: ni más ni menos que don Jaime Velázquez,
por razones que no ha explicado y sin contar con nadie, acaba de renunciar a
que la provincia cobre el “canon” de energía eléctrica que le corresponde y que
ya estaba a punto de venir, y hasta sobre el que habían pedido diversos
préstamos. Al parecer, y según esas mismas fuentes, don Jaime dice que está
harto de tomaduras de pelo y ha dicho a la Administración que se “meta el canon
donde les quepa” y que en vez de dimitir en esta ocasión él — como era su vieja
costumbre— prefiere que “dimita” el canon y nos dejen de una vez por todas
tranquilos.
Otra explicación que se da es que, por lo visto, los dineros
procedentes de ese impuesto del “canon” dan unos calambres tremendos y hasta
algún presidente de Diputación que se ha empeñado en cobrarlo ha recibido tal
descarga que ha hecho manifestaciones diciendo que prefiere la “silla eléctrica”
a tocar ese dinero que viene cargado de alta tensión (y no nos extraña, porque
tensión ha habido desde que se comenzó a hablar de él) y hasta se habla de que
a uno de ellos, lo que lo tocó, le tuvo que hacer hasta la respiración “boca a
boca” el propio Balvino… y don Jaime no quiere exponerse a esto: ni al calambre
ni a la respiración boca a boca
A mi me ha quedado desolado la noticia porque estimaba yo que, en efecto,
el cargo de presidente de la Diputación es expuesto, y me parecía a mi que mi
amigo don Jaime era hombre valiente al que no le frenaban estos peligros… pero
así es la política, cuando más confías en la gestión de una persona le entra el
miedo a quedar electrocutado, y renuncia… Ahí tienen ustedes al “Tío Calambres”
que estuvo hasta en canciones y que al parecer, según se dice ahora, era un
presidente de Diputación que tuvo la osadía de tocar los dineros del “canon”.
Pero, en fin, amigos, la última explicación que se da, y que creo convencerá
a todos, es decirles —por si no habían caído— que hoy es el “Día de los
Inocentes” y todo esto no pasa de ser una broma… con perdón.
Diario HOY, 28 de diciembre de 1981
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