Entre las noticias insólitas que se producen estos días, unas te
indignan y otras te hacen reír. Me estoy refiriendo principalmente a las de
carácter nacional e internacional, aunque las provinciales también tienen
“vida” para el comentario.
Entre las indignantes, figuran la empecinada actitud de Francia, de
evitar que por su territorio pasen mercancías españolas. Se echa la culpa a los
agricultores franceses pero la absoluta actitud de no intervención de las
Fuerzas de Orden de aquel país, que por otro lado alardea de un estimado orden,
ya es de por sí sospechosa. Si esa es la europeidad que concibe Francia,
arreglados estamos con entrar en una comunidad donde hay naciones de ese tipo
que hacen la “guerra solapada” a quienes le puedan hacer la competencia en
otros campos. Mientras, nuestras autoridades, siguen enviando notas con su más
“enérgica protesta” que suponemos acaban en la “púa” de los “servicios
higiénicos” de los ministros de este mal vecino país europeo… ¿Es que no hay
otro método de protestar?
Pero dejemos eso, entre las noticias hilarantes figura una gráfica, en
la que el presidente del Gobierno, don Leopoldo Calvo Sotelo, se pasea por las
playas de Ribadeo, con un modelito de bañador que, estamos seguros, van a
copiar todos los modistas del mundo dedicados a estos menesteres.
Se llamará "bermudas Leopoldo” y ya está incluido en las colecciones de
moda para próximos veraneos, dicho sea todo con los precisos respetos a otras
cualidades de don Leopoldo… pero lo de la moda no le va.
En cuanto a lo insólito figura el robo que han hecho en una carretera
de Mohedas, en nuestra provincia, de varias señales de tráfico. Oiga, y para
llevárselas, han tenido que desatornillar cuatro pernios así de gordos, que no
se quitan en un momento. Uno se pregunta, ¿y para qué las “quedrán”,
“corcho”?... Y es que puestos a robar, lo roban todo. Yo creo que lo que nos
pasa es que tenemos un hacinamiento de “cacos” que ya no saben ni qué robar, y
en esto deberíamos pedir una compensación al Mercado Común, como han hecho con
las gallinas, a las que se concederá una superficie mínima por animal de 500
centímetros cuadrados. Con los “cacos” deberíamos hacer igual —previa consulta
al Mercado Común— a tantos “cacos” por habitantes, y los que nos sobren
enviárselos a Francia… pongo por caso, porque allí unos “malasangres” más, no
deben notarse.
Diario HOY, 8 de agosto de 1981
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