En los aspectos meteorológicos nuestra región se pasa la vida entre la
abundancia y la escasez, con lo que queremos decir que aquí el asunto de la
lluvia es tan difícil como lo es el juego de naipes conocido por “las siete y media”, en el que o te pasas
o no llegas.
Nos suele pasar aquí, que estamos tres años sin lluvia y quejándonos
de la sequía, y cuando se pone a llover lo hace de tal modo que corremos el
peligro de ahogarnos, con la consiguiente alarma de que alguna presa se pueda
venir abajo por exceso de agua, teniendo que alertar a los vecinos que ya
estaban suficientemente alertados, en el sentido contrario de la escasez.
Como ven, es casi igual que el juego de naipes referido, del que decía
Muñoz Seca: “Y el no llegar da dolor…
pero ¡ay de ti!, si te pasas, si te pasas es peor.”
Aquí, al parecer, estamos comenzando a pasarnos y suele surgir el
dicho, de contestación para todos, de decir que nuestro nombre, el de
Extremadura, viene precisamente porque la nuestra es una tierra extrema y dura,
o extremosa —que para el caso es lo mismo—, aunque la verdad es que no viene de
ahí, sino de que era el extremo del reino de León.
Pero lo cierto y verdad es que Badajoz estuvo alarmado por los
peligros que podría acarrear una nueva riada sobre la presa de “Peña del Águila” y Cáceres sigue
pendiente y vigilante, en su presa del “Guadiloba”,
porque de seguir este régimen de lluvia habrá que abrir las compuertas del
pantano para evitar exceso de peso sobre la presa, y el agua, que escaseábamos
hasta hace solo unos días, tenemos que tirarla, porque nos sobra. Y esto es
sólo hablando de las dos capitales, ya que en muchos de nuestros pueblos siguen
también con el mismo juego de o no haber llegad aún a tener suficiente para
beber o pasarse de rosca, sin tener el beneficio de almacenamiento para
ocasiones contrarias En definitiva, “Las
siete y media”, con el peligro de pasarnos.
Diario HOY, 22 de noviembre de 1983
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