
¿Cuáles son los méritos para el ahijamiento predilecto?. Según nos
informan los concejales promotores de la causa: “el que nunca negó que era de Cáceres, aunque estaba en la cumbre de su
arte”.

Lo demás se explica: era socialista y el partido debería apoyarlo y
siempre se unen los corifeos de buena fe, que lo aplauden todo.
No estoy en contra de lo de “Enrique
el Cojo”, aunque lo parezca y, hasta puedo afirmar que me alegro de ello,
pero veo un peligro en el nombramiento, cual es que iguales méritos, o mayores,
van a tener otros muchos cacereños, aún con más tiempo vivido en Cáceres que
él, para solicitar el nombramiento, como por ejemplo, por citar uno, Antonio el
Vivas, que hasta se ha puesto Sánchez Cáceres en el apellido, por llevar el de
su ciudad y anda por esas plazas de América… y otros muchos, que ahora no se me
ocurren.
Pero, aparte de ese peligro del precedente, veo yo un olvido de lo que
pudiéramos llamar el orden jerárquico de servicios y vinculación continuada a
la ciudad y creo que, antes que a Enrique, y sin negarle el título, Cáceres
tiene una deuda con el Maestro Solano, Juan Solano, alumno de la mejor
folklorista cacereña, Angelita Capdevielle, formado aquí y que ha paseado y
sigue paseando, no sólo el folklore andaluz y la canción popular, sino temas
cacereños extremeños, por toda España… Pero esto, Marcelino lo desconoce y el
resto no están muy aclarados en el tema.
Y una matización última: por aquello del dicho: “de lo que lleva el viento, da sin tiento”, no estoy en contra del
nombramiento de Enrique, al que felicito por el mismo.
Diario HOY, 19 de enero de 1984
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