“Donde no hay fariña, todo se
vuelven riñas”, dice un viejo refrán castellano que muchos temen comience a
cumplirse ya, porque la “fariña” se
nos va acabando a todos los niveles y el “bolsillo”
nacional, el suyo y el mío que son los que a usted y a mi nos importan, porque
es nuestro “termómetro” de medir cómo
va la economía nacional comienza a estar más agotado de lo que esperábamos de
la gestión administrativa de los que ahora nos gobiernan. No podía ser de otro
modo porque, recurriendo de nuevo a los refranes que son la experiencia del
pueblo, está ese otro que dice: “Donde se
saca y no se entra… etc.”, en fin que no se ha inventado todavía nada que
pueda sustituir a la llamada “cuenta de
la vieja”, que es saber que donde no ingresan más que dos, si nos gastamos
cuatro, la cuenta final será desastrosa, y eso reza también a los niveles
nacionales, donde venimos gastando lo que se tenía ahorrado de tiempos atrás,
sin encontrar un sistema de reponer esos ahorros.
Viene esto a cuento de las subidas de todo tipo, la mayor presión
fiscal —sobre los mismos contribuyentes— y todo ese panorama que nos está
empobreciendo a marchas forzadas para hacernos volver a la España de la
alpargata como nos temíamos muchos de los que veíamos aumentar gastos, sin
ocuparnos de los ingresos.
La conversación entre los funcionarios, que andan soliviantados, es el
tema de las pensiones máximas, sobre todo en los casos en los que éstos han
venido cotizando durante cuarenta años para obtener una mayor pensión y ahora
se les dice que tienen que ajustarse a esos baremos. ¿Y qué ha pasado con lo
que nosotros cotizamos de más en todos esos años?, se pregunta. ¿Se nos va a
devolver ese dinero o se nos va a decir que se ha esfumado sin más?
Esto es lo que está en la calle, y no entro más en el tema porque
supongo que los que tendrán que entrar en él son ellos, que conocen más
detalles, pero esta es la conversación cotidiana… Para “endulzarla” —por aquello del “mal
de muchos”— está la anunciada subida e la gasolina, que el ministro Boyer
—que es el duro del equipo— ha anunciado ya y que la tenemos encima como una
felicitación de Pascuas y Navidad que nos hace el nuevo Gobierno. ¿Padece usted
del corazón?, pues tómeselo con calma, porque de aquí a fin de año todavía nos
darán nuevos sustos.
Diario HOY, 12 de noviembre de 1983
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.