(Incluida en el libro
“Ventanas a la Ciudad”)
La formación de barrios en Cáceres estuvo siempre muy incardinada al
nombre de sus promotores conservando éste como nombre del propio barrio. Esta
ha sido un constante en nuestra población, de la que podría ser ejemplo actual
la “Barriada de Pinilla”, llamada así
porque las primeras construcciones de ella las hizo el constructor Valentín
Pinilla, o la “Barriada del Obispo Llopis
Ivorra”, por haber sido promotor de las primeras casas que la forman, el
mencionado obispo.
Pero lo curioso es que muchos de los barrios más antiguos conservan
también el apellido de sus promotores aunque se haya olvidado el nombre
completo de éstos y lo que representaron entonces en nuestra población. Para
que los vecinos de estos barrios tengan al menos una idea de quién los comenzó,
vamos hoy a ocuparnos de algunos.
Durante la primera mitad del siglo XVIII comenzaron a aumentar los
barrios de nuestra población. Uno de los primeros que los inició fue el
presbítero don Francisco de Luna, que en 1751 pidió al Ayuntamiento la cesión
de un terreno conocido por “El
Resbaladero”, en las proximidades de Peña Redonda, donde realizó el
conocido hoy por “Casas de Luna”.
El “Barrio Busquet” tuvo un
origen parecido y fue obra del comerciante don Juan Busquet; igual podríamos
decir de la plaza y “afueras de Marrón”,
que se deben al filántropo y acaudalado ganadero que se llamó don Vicente
Marrón.
Esas son quizás las barriadas más antiguas, a las que siguieron, en el
siglo XIX, las llamadas “casas de
Carrasco”, que construyó el banquero y negociante don José García Carrasco.
También de esas fechas es el barrio de “La
Berrocala” que construyó una mujer de rompe y rasga como fue Teresa
Berrocal, carnicera, ganadera, tabernera y hasta torera que anduvo en coplas.
Las llamadas “casas de Cotallo” se
deben al veterinario don Antonio Cotallo, que fue su promotor.
La primera barriada del extrarradio, alejada de Cáceres, se construyó
entre 1875-80, llamándose Aldea Moret, en memoria de don Segismundo Moret, que
fue el promotor de las minas de fosfato que allí se explotaban y comenzó a
formarse como barrio minero, hasta el punto de que siguen conociéndose como “Las Minas”. Quede lo dicho para la
pequeña historia local.
Diario HOY, 11 de noviembre de 1983
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