Yo creo que el triunfalismo es a la larga un mal negocio para los que
nos gobiernan, porque suele ser una venda que se pone para ocultar la realidad
de las cosas y que acaba cegando al mismo que intenta ponérsela a los demás,
apartándole los pies del suelo cuando más falta hace que los tenga. No digo yo
que sea pesimista, porque el pesimismo es el otro extremo de la cuerda, pero es
la realidad la única que te da el punto medio y el utilizar el triunfalismo es
no querer ver la realidad de cada momento.
Digo esto, porque ese triunfalismo viene siendo ya habitual aun en las
cosas más nimias de cada momento. Por ejemplo, hace unos días, nuestra
televisión echaba las campanas al vuelo de este triunfalismo, porque resulta
que, en relación al dólar, nuestra peseta había ganado algún punto —momentáneamente—,
no recuerdo la cifra exacta, pero si el dólar estaba a 151 pesetas, resulta que
se había puesto a 150, con lo que el comentarista del momento hacía su
comentario alrededor de la repercusión positiva que el asunto tenía. Pues bien,
veamos como termómetro de lo que va a pasar con esta equiparación, los
presupuestos que han hecho las multinacionales para el año 1984. Porque los
representantes de las filiales españolas de transnacionales USA no están
dispuestos a pillarse los dedos, por lo que en los presupuestos para 1984, ya
aprobados por sus respectivas centrales, un montón de estas compañías han
valorado el dólar a 220 pesetas y otro gran montón de ellas lo valoran, para ese
mismo periodo, a 200 pesetas. Visto desde aquí, puede parecernos exagerada esa
cifra para 1984, pero estas mismas compañías valoraron a 150 pesetas el dólar
para 1983 y a 125 para 1982, y acertaron plenamente en lo que entonces nos
parecían negros pronósticos. Cierto que esas compañías apuestan sobre seguro,
pero, por lo pasado, tenemos que decir que tienen más los pies en el suelo.
Diario HOY, 5 de febrero de 1984
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.