Cualquier cacereño de mi generación, y de otras muchas que pasaron por
el viejo Instituto de Enseñanza Media de Cáceres, el único que había entonces,
recordarán con cariño al que fuera profesor del mismo, don Martín Duque
Fuentes, recientemente fallecido.
Don Martín fue muchos años profesor de latín del centro, director del
mismo durante algún tiempo y educador justo que unía a la exigencia del
conocimiento de su asignatura un gran amor a sus alumnos que, tras de haber
salido de sus aulas, seguía prodigando. Era hombre serio, pero tenía una rareza
que yo no acabo de encajar con su personalidad, como era el rubricar bajo su
firma con un dibujo de rostro humano, como un diablillo, que se nos antoja
risueño cuando la papeleta de examen suponía un aprobado, y sarcástico cuando
suponía un suspenso.
Muchos alumnos de entonces recordarán esta manía, que no era única en
personas tan serias como el propio don Martín, y a las que, como recuerdo, voy
a referirme hoy.
Yo no sé qué aspectos psicoanalíticos pueden tener este tipo de
rúbricas, pero alguno debe haber porque yo he llegado a conocer una serie de
amantes del deporte de la caza que rubricaban así.
En Cáceres y en Arroyo de la Luz, donde estuvo anteriormente, vivió un
famoso notario, don Julio Jiménez, más conocido por su enorme afición al
deporte cinegético que ejerció hasta avanzadísima edad, cuya rúbrica
protocolaria formaba, entre la cruz obligada de la misma, una diana de tiro al
blanco, una escopeta y la cabeza de un perro, cosa que dejaba patente las
aficiones del notario
Otro caso parecido, y también relacionado con el mundo cinegético, era
el del famoso escritor Luis Berenguer, que aunque no nacido en Cáceres, estuvo
muy vinculado aquí por formar parte de los primeros jurados del “Premio Cáceres de Novela Corta”. Luis
Berenguer, autor entre otros muchos libros de caza del famosísimo: “El mundo de Juan Lobón”, firmaba también
agregando el perfil de un perro a la rúbrica, lo que le catalogaba también
entre los buenos aficionados a la caza. ¿Tiene que ver este deporte con estos
caprichos de la rúbrica? No lo sé, como no sé si don Martín, en el fondo, era
aficionado a la caza.
Diario HOY, 28 de noviembre de 1983
NOTA.- Nuestro agradecimiento a Julita G. Parra y a Juan de
la Cruz Gutiérrez, que nos han proporcionado la firma de D. Martín Duque cuya
foto se adjunta.
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