Ha llegado a mis manos la copia de un informe para la adopción de
blasón de la Comunidad Autónoma de Extremadura que remite Pablo Gonzálvez,
alcalde de Calzadilla. Tengo que decir que el escudo que para Extremadura
propone Gonzálvez es francamente bonito y está ampliamente, y heráldicamente, documentado.
Sé también que el grupo popular había propuesto otro, también heráldicamente
documentado.
Tengo que decir que yo, por simple afición, soy un “forofo” de la heráldica —como se dice
hoy día— y que he estudiado con gusto ambas propuestas y, más detenidamente
esta última, que me parece muy original y a la que no tengo nada que objetar,
como tampoco tengo algo que objetar a la del grupo popular, ya que quien ha de
decidir en este asunto es la propia Junta de Extremadura, que debe tener sus
expertos en el tema.
No obstante, me coy a permitir
unas puntualizaciones que son más el expresar lo que pienso de los simbolismos
en general y el escudo es uno de ellos
Creo que ha que huir de lo recargado, por mucho origen heráldico e
histórico que tenga, y centrarse más en lo que ahora y en este momento entiende
nuestra gente de a pie, que es la que va a identificarse con el simbolismo.
Tengo entendido que nuestra bandera de Extremadura surgió entre
nuestros emigrantes de una simpleza tan grande como era la de “casar” los colores de los dos equipos
del fútbol más representativos de nuestra región: el Cacereño y el Badajoz. Lo
que pasó es que esos equipos habían elegido, de antiguo, esos colores por un
simbolismo histórico, con lo que al “casarlos”,
el mismo simbolismo quedó en la bandera: verde de la venera de Alcántara,
blanco del reino de León y negro del reino abbasida de Badajoz o de los
Austrias, ya que Carlos V murió en
Yuste.
Quiere ello decir que el extremeño de a pie no se complica la vida,
sino que admite los símbolos que está más acostumbrado a ver, razón por la que
pienso que el mejor escudo para la región sería el que recogiera conjuntamente
los de Cáceres y Badajoz, que son los más conocidos de todos, y que a ello se
podría agregar algún simbolismo sobre América, como esa leyenda de “Hispaniarum Mater” (Madre de las
Españas) que propone Gonzálvez, o algo parecido, y nada más, porque siendo
importante el símbolo, más importante es la andadura que es la que nos debe
preocupar a todos y lógicamente, a la Junta.
Diario HOY, 7 de marzo de 1984
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