Lo bueno de la asistencia a los plenos de la Diputación es que te
cargan con libros, folletos y papeles que, si no te son útiles de momento,
puede sértelo para combatir el insomnio en alguna de esas noches que, de vez en
cuando, todos tenemos en blanco. Yo lo prefiero a contar borregos imaginarios
que dicen es lo que hace la mayoría.
La verdad es que, quizás por su carácter extraordinario, en el último
pleno no fueron muchos los “papeles”
que se dieron a diputados e informadores, pero sí los suficientes para cansarte
el brazo en el regreso, porque eran papeles de peso y en algunos aspectos
curiosos. Aparte del “dossier”, con
los asuntos del pleno: orden del día, intervenciones diversas, lista completa
de las cooperativas que han recibido ayuda, etcétera, a cada diputado se le
dieron los dos grandes tomos que forman la “Guía
de recursos sociales” de la provincia de Cáceres; un gran tomo fotocopiado
que tendrá más de 250 folios, con los “informes
sobre actividades deportivas desarrolladas en el Polideportivo provincial, de
julio del 84 a junio del 85”, preparado por el diputado encargado del
mismo, Pepe Blanco y, sobre otro folleto en forma de funda de disco, una copia
de la letra del “Himno Oficial de
Extremadura”, y la gente picó, porque lo que se creía era un disco con la
música del himno, era un folleto a todo color y muy bien editado, sobre la “Acción sectorial para 1985”, pero la
cosa quedó compensada porque, al terminar la sesión, el presidente tuvo la
atención de que nos pusieran, por los altavoces de la sala, el himno regional
que, por primera vez y puestos en pie, escuchamos todos los asistentes. Lo que
ya no sabemos es si esto de escuchar el himno se quedará o no por costumbre en
cada pleno. De ser así, sugerimos se termine con los gritos de “¡Veiga, Veiga,
Veiga!”.
Diario HOY, 11 de junio de 1985
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