Desde luego no sé si los cacereños formamos una excepción, o esto es
un defecto común a todos los cazadores
españoles. Se trata de que ahora, cuando estamos a punto de que salga la “media veda” es cuando nos acordamos
todos de poner las cosas de la caza a punto, entre las que figura como esencial
toda la documentación que te acredita como cazador legalizado a todos los
efectos. Porque a uno se le puede olvidar la escopeta cuando sale de caza, y no
pasa nada, se le pueden olvidar los cartuchos y tampoco pasa nada; pero como se
te olvide un solo papel de los que es obligatorio llevar, te has caído con todo
el equipo y tendrás un disgusto grandísimo sobre todo si eres cazador
observante de la ley, porque si eres “corsario”,
como esperabas lo que podría pasarte, tomas las cosas con más filosofía.
Porque, vaya usted anotando lo que hace falta llevar, como mínimo,
caso de intentar salir de caza el primer día —y los demás—: el permiso de
armas, que debe estar en vigor ya que se tiene que sacar cada cinco años; las “guías” de la escopeta —que ahora tiene
un formato distinto y tiene usted que haber actualizado y revisado; la licencia
para poder cazar, que hay que sacar cada año, y con ella el seguro de daños,
que también hay que renovar anualmente. No se olvide del documento nacional de
identidad, porque sin él todos esos papeles son “mojados”. Si va usted a un coto (porque supongo que irá) tiene que
llevar además el permiso del titular del coto firmado. En fin, que el morral no
lo llenará de tórtolas pero de papeles lo tiene que sacar lleno.
Bien, como la veda sale el día 24, las colas en los lugares donde se
renuevan todas estas cosas son fabulosas, porque todos nos acordamos al mismo
tiempo “Oiga, que tiene todo el año para
hacer esto”, suele decir el funcionario y tiene razón pero ¿quién se
acuerda de la caza el resto del año?.
Diario HOY, 20 de agosto de 1985
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