La idea ha salido del conventito de El Palancar, el monasterio más
pequeño del mundo que fundara el santo más grande en la penitencia, que fue
nuestro paisano Pedro Garabito (o San Pedro de Alcántara, para los altares), la
idea que aparecía ayer en una carta firmada por Francisco Romero, en nuestro
periódico, pretende que entre todos hagamos una campaña del buen humor, porque precisamente
ayer era la festividad de Santo Tomás Moro, que compuso en su tiempo una
oración pidiendo el buen humor al Señor, en la que —entre otras cosas— dice: “concédeme la gracia de comprender un chiste,
una broma, a fin de que experimente en la vida un poco de alegría que pueda
comunicarle a otros”.
Parte de lo que dice Tomás Moro, la risa es la salud del alma y lo ha
sido en todos los tiempos. Desconfiad de las gentes demasiado serias, la vida
es un soplo y su único azúcar es la risa. Ya los griegos solían condenar al
ostracismo a la persona que no se la veía reír, porque la seriedad excesiva es
mala. Yo me uno de todo corazón a la campaña, porque creo que los españoles,
como la princesa de Rubén Darío estamos perdiendo la risa y el color, y estamos
tristes porque hay demasiados “Boyeres”
en nuestra vida, o al menos eso pensamos nosotros, y demasiado pocos
humoristas. Ahora en el pórtico de las vacaciones conviene mucho saber qué se
llevará uno a estos días de descanso, y desde luego yo no pienso llevarme el
televisor, porque a los programadores actuales de la Televisión se les ha
puesto una “cara de palo” que no hay
quien los aguante, oiga, y para que te metan el alma en un puño, prefiero las
atrocidades de “Mortadelo y Filemón”
o las de “Pepe Gotera y Otilio”,
chapuceros de los que puedes reírte libremente, porque no son políticos.
Diario HOY, 23 de junio de 1985
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