Colón y Guadalupe

Quedé en que hablaría de Guadalupe, con el deseo de divulgación de alguno de sus aspectos, y voy a hacerlo.

No vamos a hablar de Gil Cordero, vaquero cacereño descubridor de la Virgen por ser una leyenda más conocida, sino de la época en que surge toda esta devoción que posteriormente convertirían a Guadalupe en el más famoso templo mariano de la cristiandad.

El culto a esta imagen comenzó por los años 1317 o 1322, en plenos albores del siglo XIV. En 1340, Alfonso XI, antes de darse la célebre batalla del Salado, se encomienda a Nuestra Señora de Guadalupe, pidiéndole protección para sus tropas y prometiendo hacerle una “mejor casa” de la que entonces tenía, caso de salir triunfante en la batalla. Las cosas salieron según la petición del rey y la primitiva iglesia comenzó en 1340 aunque su aspecto actual corresponde a las reformas realizadas en el siglo XVII. La santa casa fue regida por un priorato secular, hasta 1389, año en que se le entregó a la Orden Jerónima que rigió la casa durante siglos, haciéndose cargo de ella, muy posteriormente, la Orden Franciscana que ahora la rige. Durante siglos, reyes, príncipes, personajes y peregrinos de toda la cristiandad llegaron a millares como romeros a Guadalupe. El monasterio fue un emporio de saber humano, con escuelas de Farmacia, Medicina, Gramática, bordados y hasta imprenta. El insigne médico Sorapán de Rieros, que luego sería profesor en Granada, aprendió y enseñó Medicina en Guadalupe, lugar donde se hizo la primera disección de España.

Pero con ser Guadalupe uno de los primeros centros del saber de su época, su principal característica era la de la devoción a su Virgen de toda la cristiandad, como demuestra el invocarla en las adversidades y peregrinar para darle gracias.

Podemos citar algún ejemplo. Cuando Cristóbal Colón y sus marinos van al descubrimiento de América, una fuerte tormenta los amenaza con zozobrar, por lo que se encomienda a la Virgen prometiendo peregrinar a Guadalupe de salir con bien de la empresa. Calmado el temporal, se echa a suertes entre todos quién cumplirá la promesa, tocándole el garbanzo marcado al Almirante, que tras descubrir América, peregrina a Guadalupe a dar gracias y a bautizar los 12 primeros indios que vienen a Europa. Todo esto último consta en el “Diario de Colón”, pero creo que es necesario divulgarlo por desconocerlo muchos extremeños. Así de popular y conocido era Guadalupe y creo que entre todos deberíamos tratar de devolverle esa popularidad.

Diario HOY, 28 de agosto de 1985