Antonio Sánchez Misiego, el rector de nuestra Universidad, tuvo ayer
una frase feliz en la apertura de curso: “No
debemos mantener el chabolismo universitario”, dijo, para explicar un poco
que esas aulas prefabricadas que fueron necesarias en un momento no pueden quedar
como definitivas. Tocó eso el rector, como tocó la relación Universidad –
sociedad extremeña, “en la que queda
mucho por hacer pero se ha dado un gran paso adelante”.
Pues bien, en ambas cosas le doy la razón al rector de nuestra Universidad,
aunque sería oportuno puntualizar que el chabolismo de nuestra Universidad,
tanto en Cáceres como en Badajoz, ha sido necesario para que la Universidad
viniera y se afianzara; nosotros, como la región más pobre de España, no
teníamos valedores ni mecenas y lo que sí sabíamos —quizás por intuición— es
que en esto de la Universidad lo que importa es el contenido y no el
continente, por lo que aunque las clases, para comenzar a recorrer ese camino,
hubieran tenido que darse en un chozo no tendríamos más remedio que haberlo
admitido distinto es que ya ha pasado suficiente tiempo como para que esa
provisionalidad del chabolismo universitario se vaya desterrando de nuestros “campus” universitarios, y nuestras
autoridades de todo tipo tengan conciencia de que la mejor inversión que puede
hacerse es en la propia Universidad.
Por lo que a la relación Universidad – sociedad, creo que ha pasado el
tiempo suficiente como para que los extremeños veamos la necesidad de esa
relación. Está en esas pequeñas cosas de los bares universitarios, las
pensiones o residencias para estudiantes, en ese tono universitario que está
invadiendo nuestras calle y nuestras cosas, impensables hace sólo unos años.
Pero aunque esto sea así, estoy de acuerdo en elevar el tono de todo ello.
Diario HOY, 8 de octubre de 1985
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