No es por darles la razón a los
“galleros” (criadores de gallos)
y quitárselas a la Permanente Municipal cacereña que prohibió las peleas en las
pasadas ferias, o poco menos. No es por decirle al primer teniente de alcalde,
Cardalliaguet, que está equivocado con lo de los gallos y que de los gallos se
puede “sacar tajada” económica si se
estimula a los “galleros” y se les
ayuda desde el Ayuntamiento, por que el Ayuntamiento también está para ayudar a
los vecinos y los colectivos —en este caso de galleros— a sacar sus productos
adelante, que “no sólo de pan vive el hombre”.
Decimos esto a cuenta de algo que ignora nuestra Permanente y en lo que ustedes
no estarán muy al tanto, cual es que España saca una buena tajada de pesetas
exportando gallos de pelea, que están solicitadísimos en el resto del mundo,
hasta el punto de que un gallo criado en España suele valer tres veces más que
lo criados en cualquier punto de América, que suele ser el lugar a donde se
exportan.
Un gallo de pelea español llega a valer a veces hasta 10.000 dólares,
y para que no les queden dudas, les diremos que los datos que les damos los
tomamos de una revista de economía que a su vez lo toma de la Dirección General
de Aduanas. En 1984, España exportó gallos de pelea a Venezuela, Estados
Unidos, Colombia y Martinica por más de 51 millones de pesetas, saliendo de Cádiz
entre cinco mil y diez mil gallos españoles que cada vez se cotizan más caros.
Cierto que hay también otras exportaciones insólitas, como la de
tapones, por la que han ingresado en España más de mil millones de pesetas y
que si los extremeños no fuéramos tan indolentes debería hacerse desde Extremadura,
donde se produce el corcho y no desde Cataluña, donde sólo se manufactura.
En fin, que no sólo hay que estar “al
loro”, sino también “al gallo”.
Diario HOY, 26 de junio de 1985
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