El aprendizaje

Ya tenemos himno los extremeños y ya nos tocó una cosa más que hacer a los cacereños, que es aprendérnoslo, cosa que creo ya es menos fácil de lo que parece, si no se toman algunas medidas de popularización. Prueba de lo que digo es que en nuestro pueblo, tras de cuarenta años de cantarlo en todos los actos, todavía hay quien no se sabe del todo el “Cara al sol” y algunas parte de la letra la tararean (o tarareaban, porque ya se canta menos) por no meter la pata. Es más, con la “internacional”, que se canta ahora en algunos de los actos que organiza el PSOE y en los que organiza el PCE, pasa tres cuartos de lo mismo,  aunque hay que reconocer que se lleva menos tiempo cantando y algunos prefieren el tarareo porque, también por inercia, sin querer se van al “Cara el sol”, cosa que entraña el lógico peligro de expulsión del partido o condena al ostracismo, por una simple tontería sin mala intención.

Aunque en esto de la “Internacional” existen más dificultades ya que, según me han dicho algunos entendidos, la letra de la que cantan los socialistas es distinta de la que cantan los comunistas, por lo que en los actos conjuntos de unos y otros —que yo he presenciado cuando ambos partidos estaban en la oposición— aquello era un verdadero lío y la mejor salida, la que acababan adoptando la mayoría, era el tarareo, dejando que los jefes —más próximos al micro— fueran los que llevaran la voz cantante, cosa que entrañaba sin duda un verdadero ejercicio de disciplina de partido.

Pero volviendo al himno de Extremadura, recién estrenado con toda emoción en Mérida, pienso yo que nuestro alcalde, Juan Iglesias, que estuvo allí y que tiene buen oído y buena memoria, nos podría hacer un anticipo del mismo y sobre todo, y en serio, divulgarlo lo más posible.

Diario HOY, 23 de mayo de 1985