Nuestro presidente no estuvo en Jaca para defender la participación en
el canon de energía. Nuestro presidente (quiero decir el de la Diputación de Cáceres,
señor Veiga) estaba entretenido inaugurando cosas por esos pueblos de Dios, que
lo mejor son más importantes para el “mando”
que lo del canon.
No obstante había una representación de la Diputación cacereña, que es
posible hiciera la defensa de seguir percibiendo esos dineros, porque hay una
cosa totalmente lógica, no podemos ser nosotros los que tengamos “solamente agarrado” el jamón, mientras
los demás se comen la carne y a nosotros nos dejan sólo el hueso que puede ser
hasta explosivo y peligroso, como es el caso de las centrales nucleares, de los
embalses cuyas presas se han hecho a base de robar terrenos de cultivos a la
provincia, y que entrañaron y entrañan peligros, y desde luego una “servidumbre” que se nos ha impuesto por
el ordeno y mando y que de algún modo se nos tiene que compensar, porque para
la energía que aquí consumismos pueden llevarle las centrales y las presas a
otros sitios —que diría un ingenuo—.
Esto es lo que piensa, quizás ingenuamente, el cacereño medio, el
hombre de la calle y posiblemente lo que comparte en su fuero interno el señor
Veiga. Pero el señor Veiga es un “mandao”
—como castuamente se dice por aquí— y si del centralismo socialista le dicen que hay que tragar con la pérdida
del canon, tragará con ello, como otros socialistas —nuestros mandos— tragaron
con la pérdida del ferrocarril (caso insólito y único en nuestra región)
permitiendo sólo un leve “escarceo de
protesta”, para que no se diga, pero tragando desde el principio, porque
para eso hay disciplina en el partido y cartucheras al cañón… ¡faltaría más!,
porque parece que tienen el mismo lema de la Casa de Quirós: “Después de Dios,
la Casa de Quirós”… Yo creo que en este caso, aún antes.
Diario HOY, 6 de agosto de 1985
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