Muchos de los libros de los autores cacereños que hoy nos parecen
míticos, por formar parte de la historia próxima de la ciudad, libros que en su
mayoría están hoy agotados, pero son imprescindibles para conocer mejor el Cáceres
de siempre, se produjeron en su tiempo de una manera informal a la que no dio importancia
la gente de entonces. Tuvieron que venir tiempos nuevos para valorar esas
aportaciones, como únicas.
Uno de estos libros, totalmente agotado, como casi todos los suyos, es
el de Publio Hurtado titulado: “Ayuntamiento
y Familias Cacerenses”, cuya gestación narró él mismo, en el prólogo, y que
en líneas generales fue de la siguiente manera: era el año 1906 y estaban, el
autor, y otros personajes también míticos, como son Daniel Berjano y Juan Sanguino
Michel, sentados en Cánovas, hablando de la “Revista de Extremadura”, publicación que también alcanzó fama, y
que los tres redactaron y alcanzó a pasar un tipo estirado que no les dio ni
las buenas tardes y, a continuación, un indigente al que un municipal apartó
para que no molestara. Don Publio, a título de ejemplo, narró que el primero
era descendiente de una familia noble y rica, empobrecida ahora. Sanguino y
Bejarano, que escuchaban, le animaron a poner sobre el papel todas estas
historia que el público leería con gusto y, como encargado de la revista,
surgieron los primeros cuadernillos que, más tarde, se convirtieron en un libro
patrocinado por el Ayuntamiento.
Un comienzo parecido tuvo otro de los libros importantes de Hurtado,
como fue “Castillos, Torres y Casas
Fuertes de la provincia de Cáceres”, cuyos cuadernillos se “encartaron” en alguna publicación de su
tiempo, hasta que se convirtieron más tarde en libro. Ambos son ahora dos
libros agotados.
Diario HOY, 14 de agosto de 1987
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