domingo, 25 de febrero de 2018

El principio de dos libros


Muchos de los libros de los autores cacereños que hoy nos parecen míticos, por formar parte de la historia próxima de la ciudad, libros que en su mayoría están hoy agotados, pero son imprescindibles para conocer mejor el Cáceres de siempre, se produjeron en su tiempo de una manera informal a la que no dio importancia la gente de entonces. Tuvieron que venir tiempos nuevos para valorar esas aportaciones, como únicas.
Uno de estos libros, totalmente agotado, como casi todos los suyos, es el de Publio Hurtado titulado: “Ayuntamiento y Familias Cacerenses”, cuya gestación narró él mismo, en el prólogo, y que en líneas generales fue de la siguiente manera: era el año 1906 y estaban, el autor, y otros personajes también míticos, como son Daniel Berjano y Juan Sanguino Michel, sentados en Cánovas, hablando de la “Revista de Extremadura”, publicación que también alcanzó fama, y que los tres redactaron y alcanzó a pasar un tipo estirado que no les dio ni las buenas tardes y, a continuación, un indigente al que un municipal apartó para que no molestara. Don Publio, a título de ejemplo, narró que el primero era descendiente de una familia noble y rica, empobrecida ahora. Sanguino y Bejarano, que escuchaban, le animaron a poner sobre el papel todas estas historia que el público leería con gusto y, como encargado de la revista, surgieron los primeros cuadernillos que, más tarde, se convirtieron en un libro patrocinado por el Ayuntamiento.
Un comienzo parecido tuvo otro de los libros importantes de Hurtado, como fue “Castillos, Torres y Casas Fuertes de la provincia de Cáceres”, cuyos cuadernillos se “encartaron” en alguna publicación de su tiempo, hasta que se convirtieron más tarde en libro. Ambos son ahora dos libros agotados.
Diario HOY, 14 de agosto de 1987

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