No es lo malo los vehículos que se roban, sino los que no aparecen, o
en las condiciones en que suelen aparecer, los que aparecen. El delito del robo
del coche, o la motocicleta, casi no está considerado como tal, porque se
estima que se ha robado para usarlo y no con ánimo de apropiación, por lo que
esta figura que se llama algo así —y cito de memoria— como “hurto de uso”, no está casi penada. No
suele estimarse, y esto es lo malo, el daño que se causa al dueño del vehículo
para el que muchas veces, el tal vehículo es una herramienta de trabajo, sin la
que el robado, en muchos casos, puede seguir trabajando o este trabajo se le
reduce de forma altamente perjudicial. Si miramos los casos que vienen siendo
ahora más corrientes, lo de la aparición, o la tardía aparición del vehículo,
los daños al propietario se le multiplican, a causa de la proliferación de los
“cuervos de la carretera”.
Acciones impunes
El ladrón que se lleva un vehículo, coche o moto, suele dejarlo
abandonado en cualquier lugar, sin ocuparse de avisar al dueño, lo que quiere
decir que ese coche permanece allí un montón de días, observado por los “cuervos de la carretera” que nada más
ven que el vehículo no ha sido movido en una noche, comienzan a llevarse piezas
de él, hasta quedarlo convertido en chatarra sin que, caso de ser cogidos en
plena faena, el ladrón o el “cuervo”
reciban castigo alguno,
Ahora “los cuervos” se han
convertido en hienas ya que su osadía se ceba en los vehículos accidentados.
Diario HOY, 27 de agosto de 1987
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.