sábado, 24 de febrero de 2018

Simple curiosidad


Yo tengo una tremenda curiosidad por saber en qué acabará lo de la expropiación de “Valero” y también de otras varias fincas que la Junta de Extremadura se ha empeñado en mejorar a cuenta del dinero de todos.
Mi curiosidad radica principalmente en el famoso coto “Valero”, un poco mítico para todos los cazadores, que más o menos sabemos —porque así nos lo han explicado— es una finca que su antiguo dueño, hace unas generaciones, dedicó a coto de caza porque era un secarral que no tenía otro aprovechamiento posible.
De antemano, al dar mi opinión tengo que confesar que no soy un entendido en fincas rústicas y tengo que creerme lo que algunos técnicos, entendidos en ellas, me han dicho, por lo que no puedo mantener una posición cerrada a ultranza, sin creer lo que me dicen unos y otros. De “Valero”, las varias opiniones que me han dado coinciden todas en lo que al principio digo, que esa finca no tiene más explotación lógica que dedicarla en su totalidad al aspecto cinegético, porque cualquier parcela que se desglosara de ella no sería rentable de por sí, ni suficiente para mantener a nadie y menos a una familia campesina, y de serlo (ya que hay una vega aprovechable) al cerrar ese  comedero” a las reses, éstas acabarían muriéndose de hambre con lo que la única dedicación de la finca nos la habríamos cargado.
Nuestra Junta, para expropiarla, se basa en la ley de fincas manifiestamente mejorables y creo que tendrá que demostrar esa mejora en los próximos diez años, y yo tengo esa tremenda curiosidad por ver qué hará la Junta para mejorar esos secarrales. No digo que no pueda hacerlo, pero me gustará verlo, no vaya a pasar como con las expropiaciones de la revolución portuguesa, que terminaron cargándose unas magníficas explotaciones ganaderas que eran modélicas y que aún no han podido rehacerse. Digo esto pensando en que se busca lo práctico y no el empecinamiento político, que sería lo peor que pudiera buscarse.
Diario HOY, 11 de agosto de 1987

NOTA.- La expropiación de la finca “Valero” fue recurrida ante los tribunales por sus propietarios. El Tribunal Supremo sentenció la improcedencia de la expropiación llevada a cabo por el gobierno socialista de Rodríguez Ibarra. (Nota de Teófilo Amores).

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