Aquí, o no hacemos ni una fiesta durante todo un año, o nos metemos en
fiestas y no tenemos un rato ni para descansar entre una y otra. Esto nos va a
pasar a partir de esta Semana Santa, que también ha sido una fiesta concurrida
en Cáceres, porque casi la vamos a ligar con las fiestas patronales de San
Jorge que, prácticamente han comenzado ya en sus prolegómenos, con la Semana de
Teatro en Extremadura; las propias fiestas patronales; la celebración de la
exposición Filatélica y Numismática, con motivo de la declaración de Cáceres
como patrimonio mundial; reunión de un congreso hispano-luso de Endocrinología;
celebración, el domingo próximo, de la fiesta campestre en la que la asociación
de informadores cacereños conocida por “La
Lupa” se reunirá para entregar sus premios anuales —en esta ocasión serán
los primeros— uno positivo: la lupa cristalina, y otro negativo; la lupa opaca.
A ello se unirán las fiestas medievales que se inician con el mes de mayo, en las
que habrá de todo lo imaginable, y tras ello habrá que ir pensando en las
ferias de mayo, que por los motivos lógicos del nombramiento, deben sr unas
ferias excepcionales. Todo esto sin contar con la bajada de la patrona a la
ciudad desde su santuario y otras fiestas menores, que de por sí hubieran
constituido acontecimiento aisladamente, como el encuentro Cacereño-Sevilla o
Murcia-Cacereño.
En fin, que el cotarro va a estar animado de verdad, porque estoy
seguro que me quedo otras muchas fiestas en el tintero. No parece sino que
Cáceres entero está haciendo un imaginario viaje al país de los festejos y que
hemos puestos el “piloto automático”
a ver dónde podemos llegar. Lo que sí estamos echando de menos en toda esta “Disneylandia” que se nos ha montado, es
un programa conjunto, por el que podamos saber qué hay cada día y escoger entre
lo ofrecido.
Diario HOY, 21 de abril de 1987
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