Poco a poco vamos logrando una concienciación extremeña, lo que se
llama sentirnos más de una región conjunta, que de las dos provincias que la
integran, pero nuestros esfuerzos y nuestro dinero nos está costando. Bajo ese
punto de vista veo yo estos “Días de
Extremadura” que se han realizado hasta el momento, en los que nuestra
autonomía y nuestros ayuntamientos no escatiman un duro en cuanto sea sumar
gentes al festejo.
Esto viene pasando con la preparación del próximo en Trujillo en el
que, si la Junta no ha escatimado en gastar en propaganda y programación de los
mismos, los ayuntamientos tampoco escatiman en proporcionar viaje gratuito a
cuantos lo soliciten, porque lo importante es que haya mucha gente en Trujillo
el día ese y que lo pasen bien. Esta segunda parte es también importante,
porque aunque la convivencia de gentes de las dos provincias sea lo primordial,
también lo es el que se sientan a gusto y el que el número no desborde el grato
estar y que, a la hora de regresar, no se quedan colgados, como pasó a algún
grupo en Guadalupe el pasado año. Pensamos que esto ha sido experiencia para
esta ocasión y que se habrán tomado las medidas para que los autobuses que los
llevan no regresen de vacío o casi vacío, dejando a sus primitivos viajeros en
la estacada.
Está bien el empleo de este dinero, que es dinero de los ciudadanos,
administrado por la Junta o por los ayuntamientos y los ciudadanos debemos
apoyar el que todo ello sirva para fortalecer ese espíritu regional, que aún
tenemos muy débil, pero debemos exigir una buena organización, que también es
importante en estas cosas. Cierto que hay ciudadanos que, pagándoles el viaje y
un bocadillo, se apuntan a un bombardeo, pero lo que importa es que la
organización sepa convencerles allí de lo importante que es la extremeñidad,
mucho más que viajar gratuitamente.
Diario HOY, 5 de septiembre de 1987
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