En todo en esta vida se requiere elasticidad que muchas veces nos
falta en cualquier cargo, y a veces la falta de ella nos hace tener matices
poco humanos, aunque pensemos que hemos cumplido con nuestro deber.
El caso que voy a contar no trata de acusar a nadie, sino de poner de
manifiesto que a veces falta elasticidad en las decisiones y ello, sin querer,
hiere a otros o enturbia la convivencia. Las protagonistas son tres niñas, de
unos 8 a 10 años, alumnas del colegio “Santa
Cecilia”, más conocido como las Josefinas. En estas semanas pasadas, a una
de las profesoras, una monja a la que las niñas quieren como normalmente suelen
querer los alumnos de esa edad a sus mentores, por encontrarse enferma, hubo de
ser ingresada en el Hospital Provincial. Las tres alumnas, sin consultarlo con
nadie, sino por propia decisión y del dinerillo que sus padres les dan para sus
gastos, compraron un ramo de flores que querían llevar personalmente a su profesora,
a la que pensaban visitar en el Hospital. Allí se presentaron con las flores y
con la pretensión de ver a la profesora enferma, pero no contaron con el portero
del centro sanitario al que sus superiores le tienen dada la orden de que quien
va sin pase no entra en el recinto. No valieron las explicaciones de las niñas,
ni la presencia del ramo de flores. El cancerbero se cerró en dureza y les dijo
que allí no se entraba sin pase y repitió tanto lo del pase, que las
colegiales, ingenuamente, pensaron que era una especie de entrada que podía
comprarse. Total, que la colegialas se marcharon llorando con sus flores y el
portero se quedaría tan ancho y satisfecho por el deber cumplido.
Otro portero de este tipo, de ingrata memoria, hubo en tiempos en la
Residencia Sanitaria, cuya inflexibilidad dio ocasión a que hijos o familiares
no vieran morir a sus seres queridos, por carecer del dichoso pase, sin que su
escasa humanidad, ya que era bajito, se conmoviera lo más mínimo. Es posible
que yo esté equivocado y que esa forma de cumplir con el deber es la buena,
pero o no sería capaz de dormir tranquilo tras de haber cumplido con el deber
de modo tan poco elástico.
Diario HOY, 11 de marzo de 1987
NOTA.- El Colegio
“Santa Cecilia” es el de las Carmelitas y no el de las Josefinas como indica
Fernando. (Nota de Teófilo Amores).
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