sábado, 24 de febrero de 2018

Modernizar la tradición


En una de sus disposiciones, el Fuero de Cáceres, que data nada menos que del siglo XIII y que fue la ley por la que se rigió nuestra ciudad hasta hace escasamente dos siglos, se dice, poco más o menos, que al que se le sorprendiese robando una colmena se la cortaría la mano derecha.
Hoy día, estas penas nos parecen monstruosas, pero en aquel entonces que los hombres tenían que agarrarse a lo práctico, de no haberlo decretado así y aún de no haber puesto el castigo como modelo ejemplar, no hubiera quedado ni una colmena por aquellos campos, en los que no podía haber una vigilancia constante y en los que los hombres andaban continuamente en guerra sin poderse ocupar de vigilar sus industrias.
Miel y cera
Otra cosa nos indica esa disposición foral cacereña y es que aquí siempre hubo industria de miel y cera y, por tanto, de explotación de colmenas, con lo que la tradición apícola cacereña de esta industria, si se quiere artesanal, tiene un montón de siglos de existencia.
Digo esto pensando que los aciertos de nuestros políticos y administradores actuales pueden estar en promocionar las industrias que nos fueron  tradicionales, mediante las modernizaciones oportunas, mejor que promocionando otras industrias extrañas para las que no tenemos ni disposición ni tradición, con lo que nos pueden engañar como a chinos (véase por ejemplo lo de “Eurohard” y algún otro caso).
La lógica del Plan
Ello quiere decir que, a mi modo de ver, lo de meternos con un Plan Regional Apícola promocionando algo que secularmente conocemos, me parece mucho mejor y más lógico que meternos a hacer ordenadores o submarinos atómicos. Nuestra economía tiene que revivir sumando lo que nos parecen pequeñas y artesanales industrias, pero que conocemos, aunque sólo sea por aquello de: “Mejor pájaro en mano que ciento volando.
Diario HOY, 12 de agosto de 1987

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