Me lo ha suscitado la biografía del general Margallo que publicó hace
unos días nuestro periódico, en la que prácticamente se daba el origen del nombre
de nuestra calle Margallo, impuesto a la antigua calle de Moros, en homenaje a
este heroico general montanchego, don Juan García Margallo, muerto en acción de
guerra en la ciudad de Melilla, un 28 de octubre de 1893.
Como da la casualidad que por esas mismas fechas se puso el nombre de
otro general a nuestra antigua calle Empedrada, vamos a hablar un poco de los
motivos de la imposición de este nombre de militar a la que hoy se llama calle
del General Ezponda, en honor de don Federico Ezponda, al que se le nombró hijo
adoptivo de Cáceres también en 1893.
El agradecimiento de Cáceres a este general se basaba en que, siendo él
capitán general de Extremadura en 1892, nuestra autoridades le solicitaron el
que se nombrara una guarnición fija de soldados para Cáceres, ya que estaba sin
ella, cosa de la que se ocupó dicho militar, que envió un batallón de infantería
y otro de caballería, del Regimiento de Málaga que guarnecía Badajoz.
Desde entonces estas tropas se turnaban y estuvieron más o menos fijas
en nuestra ciudad, ocurriendo variados percances en el ir y venir de estas guarniciones
entre las que podríamos citar el prometido envío del batallón de Llerena número
11 que no llegó a producirse, ya que se envió a Córdoba, pero se sustituyó por
un batallón de Cazadores. El hecho de tener una guarnición fija no se produjo
hasta 1919, en que se envió al Regimiento de Segovia número 75, que después se
llamaría Regimiento Argel 27, hasta convertirse en el CIR militar número 3, que
continúa en la actualidad en Cáceres.
Esta es, en síntesis, la historia de nuestras guarniciones, cuyo
primer envío se debe al general Ezponda, pero alrededor de la llegada de ellas
hay una serie de curiosidades como fueron las de habilitarles cuartel de
permanencia. Para la infantería se destinó el ya desaparecido “Cuartel Viejo”,
que había sido anteriormente Seminario, y para las tropas de caballería el
edificio del actual Museo de Arte Contemporáneo, que por ello tomó el nombre de
Casa de los Caballos con que hoy le conocemos. Finalmente hemos de decir que
ese edificio fue también cuartel de la Guardia de Asalto durante la época de la
II República.
Diario HOY, 4 de noviembre de 1983
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