Mi generación, que fue la que alguien ha llamado “generación bocadillo”, ya que tuvo que aguantar el protagonismo de
los “héroes” de la guerra civil, que
por ser ex combatientes lo copaban todo, y además pasó el hambre de la
postguerra, y tampoco levantó cabeza al llegar otras generaciones nuevas y
menos manipuladas, estaba harta de oír a sus mayores, formados en el
autoritarismo, aquello de “Cuando seas
padre, comerás huevos”, frase que sintetiza todo lo que quiero decir, pero
que no llegó a cumplirse, porque cuando fuimos padres —o teníamos edad de
serlo— el mundo había variado tanto que los que comían huevos eran nuestros
hijos —o nuestros posible hijos— porque el autoritarismo había pasado a la
historia y nosotros habíamos sido engullidos, como tales “bocadillos”, por la generación anterior y la posterior.
Dicho esto, que creo sitúa las cosas en su punto, tengo que decir que
lo que nadie puede arrebatarnos a los de mi generación son las experiencias
vividas, que en algún caso han desembocado en un escepticismo o en un estar de
vuelta de todo, cosa que no se debe confundir con el “pasotismo” que lo provoca —por contra— el haberse criado en la
abundancia sin un esfuerzo por conseguir lo que se disfruta.
Pues bien , ello nos sitúa como testigos excepcionales de la historia
de entonces y de la de ahora, y en este orden de cosas hay un paralelismo entre
una y otra que a los de entonces nos tiene un poco con “la mosca en la oreja”. Me refiero a la manipulación de los medios
de comunicación y de propaganda, que viene haciendo el partido socialista —hoy
en el poder— y que yo comparo con el lavado de cerebro que entonces se nos
hacía a través de los escasos medios de comunicación que había entonces. Por
ceñirme a lo local, diré que recuerdo aquellas audiciones de “Radio Falange de Cáceres”, en las que,
de vez en cuando, la locutora decía: “José
Antonio dijo…” y a continuación nos largaban la frase que interesaba. No
digo que ahora la televisión o la radio estatal digan “Felipe Gonzáles dijo…”, pero comienza a haber una mentalización
similar a todos los niveles, cosas que sabe hacer muy bien el Partido
Socialista y que yo admiro, pero que hay igual “lavado de coco” que entonces, aunque nos queda la esperanza de que
sólo sea para cuatro años…, ya veremos.
Diario HOY, 5 de noviembre de 1983
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