domingo, 1 de octubre de 2017

Igual que don Juan de Robles

En el solar donde hoy está el cine Capitol, de muy antiguo existió un viejo y vetusto edificio en piedra, con escudos y lapidas pertenecientes a una antigua familia cacereña, Los  Robles, que se deshizo para hacer dicho cine, recogiéndose algunas de sus lápidas en el Museo provincial de “Las Veletas”.
Entre ellas figura una que bajo el escudo de los Robles, tiene los siguientes versos:
“El señor don Juan de Robles
con caridad sin igual,
hizo este santo hospital.”
agregando alguien, con carbón, y para completarla:
“… y también hizo los pobres”.
Esta cuarteta que se ha hecho famosa, y que ustedes habrán oído en alguna ocasión, partió precisamente de ese viejo hospital y de ese personaje llamado don Juan de Robles, cuyos antepasados, allá por 1351, lo fundaron, llamándose el edificio: “Hospital de Sancti Spíritus”, nombre que aún conserva la calle en que está enclavado el cine, por igual razón.
Ni que decir tiene que la reticencia, del completador del verso, se basaba en que, al parecer, don Juan de Robles, y toda su parentela eran unos ricos hacendados que no habían reparado en quedar pobres a los demás para amasar tan inmensa fortuna y que, más tarde, un poco en descargo de su conciencia, habían dedicado parte de este capital a esa obra benéfica para asilo de pobres menesterosos y enfermos. Es, si se quiere, una forma de hacer penitencia para después ganar el cielo, que estaba muy en uso en aquellos tiempos… y yo llego a pensar que también en los nuestros.
Digo esto porque cada vez que veo a nuestras grandes potencias actuales —Norteamérica y Rusia principalmente— asistiendo a conferencias para la paz y el desarme, al par que, por otro lado, tienen montadas grandes fábricas de armas de todo tipo que venden al mundo entero, en un indudable negocio de estado en el que interesa sobre todo que haya “clientes” para esas armas que fabrican y que sigan existiendo guerras, que consuman estos productos, con los que se enriquecen, no dejo de pensar en nuestro don Juan de Robles y la cuarteta aludida,
Todo ello salvando las diferencias de tiempo, lugar y ocasión, porque comparado nuestro don Juan de Robles, con esas potencias, no deja de ser un bendito de Dios.
Diario HOY, 4 de junio de 1983

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.