Aunque ustedes puedan pensar lo contrario, no solamente el viajar
ilustra, como reza el refrán, sino el asistir a los plenos de la Diputación.
Yo, que soy un ignorante en muchísimas cosas, gracias al aguantar el viernes
tres horas y media de pleno provincial, me enteré en pormenores de lo que es
“la cuca”, cosa que no sabía y que, a lo mejor tú, amigo lector, desconoces.
Pues mire usted cómo son las cosas, todos los que asistimos a ese
pleno, si prestaron la atención que yo presté, podríamos reclamar un
certificado de “expertos en cucología”
que podría firmarnos, sin ningún empacho, el diputado Antonio González de
Bulnes Pablos que fue nuestro “profesor”
en la materia y que sabe un montón de cosas ganaderas y que tiene espíritu de
divulgador de ellas, porque aprovecha cualquier momento para ilustrar a la
concurrencia sobre la materia,
En este caso, se discutía el Convenio de Colaboración con la
Consejería de Agricultura, para el establecimiento de un programa de
saneamiento ganadero, y el amigo Bulnes, tras hacer unas precisiones ortográficas
sobre algunos puntos del mismo, explicó claramente lo que era “la mosca” del ganado, vulgarmente
conocida por “cuca”, y cómo se le
podía librar de ella mediante determinadas vacunaciones. Tan a lo vivo lo
hacía, que uno veía en su imaginación, a las vacas corriendo de un lado a otro
con el rabo levantado y como locas, mientras don Antonio Bulnes con una
imaginaria jeringuilla en las manos corría tras las vacas para proceder a su
vacunación. Nos explicó además cómo debía hacerse la tal vacunación, para mayor
eficacia, y cómo era preferible que la acometieran los veterinarios titulares.
Don Antonio estaba dispuesto a poner cátedra de ganadería, y si por él hubiera
sido, a estas horas estábamos todavía embobados escuchándole, lástima que los
plenos se terminen, pero al menos aprendió algo de lo mucho que Bulnes sabe
sobre “la cuca”.
Diario HOY, 21 de abril de 1985
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