jueves, 8 de febrero de 2018

La manifestación está servida


El que se dedica a estas cosas del periodismo suele preguntar en su redacción por las mañanas: “¿Qué tenemos para hoy?”, y la respuesta de estos días suele ser: “un par de manifestaciones por diversos motivos y un montón de ruedas de prensa a elegir”.
El motivo de los convocantes de una cosa y otra, motivos que entran dentro del más estricto juego democrático, no es otro que dar a conocer una situación de los colectivos que representan que ellos consideran injustas y en las que se supone han agotado todos “los pasos” normales que en una democracia pueden darse para la modificación de esas situaciones consideradas anómala, buscando únicamente el salir en la prensa (y todos los medios informativos) convirtiendo su protesta en noticia, porque se supone que de otra forma no harán caso a su gestión. Hay que encerrarse, cortas las carreteras, convocar huelga de hambre, en fin hacer algo llamativo para convertir la protesta en noticia y que los poderes públicos los escuchen. A veces se aduce que como existe un gobierno hegemónico, no hay forma de protestar por otros cauces porque su hegemonía barre cualquier gestión que pudiera suscitar la oposición de turno. Cierto que en estos casos es más lógico acudir a esa forma de protesta de la manifestación, la rueda de prensa, el corte de carreteras, la huelga de hambre, etc… dentro de los mecanismos que concede la democracia, pero a mí me queda siempre la duda de si se han empleado los otros “pasos” menos llamativos, sobre todo cuando ves en la protesta a miembros sindicales que al par son autoridades constituidas que dan la sensación de negar por un lado y pedir por el otro, cosa que de ser cierta, no parece del todo seria.
Lo malo es que los verdaderos “portavoces” somos los medios informativos y muchas veces tenemos la duda de si lo que “portamos” es artículo de recibo.
Diario HOY, 22 de enero de 1987

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