Como quiera que las fechas son propicias y nos disponemos a conmemorar
el día de los Santos difuntos, vamos a hablar de algunas curiosidades de
nuestro cementerio, cuya antigüedad data de 20 de diciembre de 1844. Perteneció
anteriormente a la Diputación provincial, ya que lo realizó la Junta de
Beneficencia que radicaba entonces en aquel organismo, pasando después a
propiedad municipal, que es la que tiene ahora. Anteriormente en Cáceres se
enterraba en las iglesias o alrededores de ellas, eligiendo este sitio, lejano
entonces a la ciudad, por un criterio higiénico – sanitario.
Los primeros sepulcros que se vendieron en propiedad costaron entonces
640 reales (hoy valen unas 35.000
pesetas) y ha existido la leyenda de que el primero que utilizó dicho
cementerio fue un ajusticiado, cosa que no es cierta, ya que la sepultura
número uno recogió los restos mortales de don Juan Durán de Figueroa y su
esposa doña Isabel Bacas, que reposaron anteriormente, desde 1605 cuando habían
muerto, en el desaparecido convento de la Concepción, que ellos habían mandado
fundar. La Junta de Beneficencia estimó que estos restos deberían trasladarse
al nuevo cementerio en consideración a haberse trasladado a la capilla del
nuevo cementerio todo el adorno de cantería del convento y otros elementos de
piedra labrada, con los que se formaron, entre otras cosas, el altar exterior
donde figura una imagen de mármol de la Virgen de la Estrella. En el nuevo
sepulcro se puso el escudo de esta familia, Durán de Figueroa, que es el que
figura con el número uno, aunque no dice quién reposa en su interior.
Otra curiosidad que ya conté con más detalles, es la de la propia
Virgen de la Estrella, que la mandó hacer en 1726, el obispo de Coria don
Sancho de Velunza, para que figurara en el Arco de la Estrella, pero a cuenta
de que el Ayuntamiento ya había encargado las obras de reforma de éste y entre
ellas otra imagen —la que ahora figura en él— el obispo montó en cólera y tras
un pleito de tiras y aflojas con el Concejo de la villa terminó excomulgando a
éste por hacer las obras sin su permiso. Pero esto forma parte de otra historia
ya contada.
Diario HOY, 1 de noviembre de 1983
NOTA.- El sepulcro
al que se refiere Fernando (el primero en ser ocupado), en realidad lleva el
número 2, y no el 1 como señala él. Al
entrar en el cementerio, por la derecha van numerados los sepulcros pares
(siendo el primero el de don Juan y doña Isabel) y por la izquierda los
impares. (Nota de Teófilo Amores)
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