jueves, 12 de octubre de 2017

El Ayuntamiento también debe ahorrar


Pienso yo que en muchas cosas públicas hay que predicar con el ejemplo, que es el mejor modo de que los demás lo sigan y no suceda lo que contaban de aquel fraile, que traía el recado del prior a la comunidad diciendo: “Que dice el prior que bajemos al huerto y trabajéis y luego subamos y comamos todos”, porque comienzo a sospecharme que en esto de las restricciones del agua nuestro Ayuntamiento está haciendo un poco como el fraile del cuento, predicar a los demás el ahorro sin incluirse él entre los ahorradores.
Mi sospecha surge porque muchas de estas mañanas he visto achicar el agua de algunos registros telefónicos subterráneos que se habían inundado durante la noche sin que haya llovido ni una gota en Cáceres, lo que me hace suponer que la inundación se debe al mal estado en que se encuentran las conducciones de la red de suministro, que debe ser la que las produce. Sin ir más lejos, ayer mismo, con una motobomba se sacaba el agua de uno de estos registros de la Plaza de San Francisco, y el caudal era tan grande que prácticamente el agua corría como un río por varias de las calles que forman la plaza. No es éste el único caso, sino que ahora es muy frecuente ver obreros de la Telefónica achicando los mencionados registros que, quizás por aquello del “golpe de ariete”, quedan inundados, y es de sospechar que el resto de la red esté en tan malas condiciones que estas fugas se produzcan en muchos puntos de ella, aunque sea en estos registros donde más llaman la atención, produciendo en el vecindario cierto escándalo, por estos bandos en los que se nos amenaza con la multa al que no ahorra agua.
Es más, a uno le caen mal esas noticias oficiales por las que se dice que es normal que en la red se pierda hasta un 30 por ciento del agua que pasa por ellas, y en la que Cáceres se llega a perder hasta un 40 por ciento. ¿Es que no pueden arreglarse esas fugas?, porque uno tiene la sospecha de que el agua que ahorramos la dilapida el Ayuntamiento al no arreglar esa red anticuada y, lo que es peor, que esta agua perdida la hemos venido pagando entre todos. Yo no sé si será muy caro detectar esas fugas y arreglarlas, pero hay momentos en que ese gasto está justificado, si es que el agua es tan escasa.
Diario HOY, 20 de octubre de 1983

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