Homenaje póstumo a Paco Guerrero

No quiere ser esto una necrológica ni una justificación aunque vaya a referirme a la muerte de Francisco Guerrero Ramos, que se enterró el pasado domingo y de lo que yo me enteré el lunes. Esto no quiere ser más que el recuerdo de la labor que Paco Guerrero deja iniciada y que alguien habrá de continuar, y un rememorar de su cacereñismo que estimo ha sido un buen ejemplo para todos.

Paco Guerrero fue un cacereño ilusionado y trabajador y ello es bastante título para que muchos le recordemos y hayamos sentido su marcha. Aparte quedan otras cosas que él hizo a pulso, como era su cargo en el INSS, o su categoría de coronel de tropas de la Cruz Roja Española, pero entre todas, están sus años de ilusionado concejal de la ciudad por la que trabajó tanto como supo y poniendo ese matiz que no debe escapársenos de amor a su patria chica, que ha sido el ejemplo de su vida.

También, por ese cacereñismo, fue uno de los primeros que, ya en edad adulta, se “apuntó” al Colegio de Letras Universitario y realizó allí su licenciatura a la que, por darle también ese cariño que tenía a lo local, la orientó hacia una labor de investigación sobre la obra del que fuera ilustre pintor cacereño Juan Caldera Logró con ello ser el primero que reunió una serie de datos dispersos de la biografía y el pintor, poco estudiados hasta que él tomo sobre sí la tarea de hacerlo.

El libro sobre la obra de Juan Caldera mereció el honor de la publicación y en esa labor de ultimar detalles de ella se le ha marchado lo que le restaba de vida. Recuerdo que en la última entrevista que tuve con él estando ya muy enfermo, me decía: “Me están tardando tanto en la imprenta que creo no la voy a ver publicada”, y aunque yo le animara entonces, el negro vaticinio se ha cumplido, pensando yo que Paco se ha ido con el dolor de no ver publicada la obra a la que dedicó los últimos años de su vida.

Creo que la obra sobre Juan Caldera es importante por lo apuntado y pienso que ahora que se ha marchado el autor, el publicarse sería el mejor homenaje póstumo.

Diario HOY, 18 de octubre de 1983