sábado, 7 de octubre de 2017

El monopolio y los contrabandistas


Pienso yo que si los cultivadores de tabaco cacereños quieren que Tabacalera les haga algún caso en cuanto a la ubicación en Cáceres o al menos en Extremadura, de una fábrica de cigarrillos, tendrán que dedicarse a montar una red de contrabandistas de tabacos y otros productos, cosa que podría hacerse a través de la frontera portuguesa, sin escatimar gasto en ello,
Digo esto porque, al parecer, la razón que se ha dado por parte de Tabacalera de elegir La Coruña para instalar una nueva fábrica de ese tipo, en la que se invertirán 2.500 millones de pesetas, es proporcionar puestos de trabajo a los contrabandistas gallegos que, por las restricciones impuestas por la Administración, se van a quedar en la calle. Al menos esto se deduce de sus declaraciones.
Para Tabacalera no vale el que Cáceres sea la primera productora de tabacos de España y del de mejor calidad, ni tampoco el que se llevan años y años pidiendo la instalación de una de esas fábricas de cigarrillos. Al parecer, priva más la preocupación social de dejar sin trabajo a unos honrados contrabandistas que por cierto le hacía la contra al propio monopolio, sin hacer caso a provincias que, como la nuestra, llevan años de buenos servicios a Tabacalera S.A., proporcionándoles el tabaco de mejor calidad, y en mayor cantidad que se cultiva.
Hace ya años se instaló otra fábrica en la zona andaluza, con las lógicas protestas de las entonces autoridades cacereñas que la tenían solicitada para Cáceres. Entonces las razones dadas eran que como nuestro tabaco había que mezclarse con otros que llegan por la costa, montarla en Cáceres encarecería el producto, aunque este argumento se viene abajo si estimamos que el mismo recorrido tiene que hacer nuestro tabaco para manufacturarse en esas fábricas que suelen ponerse siempre, por tradición, en las costas.
Son razones tontas que indican la poca capacidad de gestión que han tenido nuestros políticos de antes y de ahora, pero la explicación actual sobre la elección de La Coruña rebasa todos los argumentos.
La elección de las costas para la manufactura tabaquera tenía una antigua razón histórica que en tiempos parecía razonable, como era el que el trabajo llegaba de Cuba para manufacturarse en España y era lógico que las fábricas estuvieran en sitios costeros. Por otro lado, y esto se olvida con frecuencia, en la España peninsular estaba prohibido el sembrar tabaco, por protección al producto cubano, entonces español, pero tras la pérdida de Cuba la situación varió. Ahora donde más tabaco se produce es en nuestra región, por lo que seguir utilizando argumentos de entonces es, cuando menos, una tontería. En fin, lo dicho; sólo nos queda esperar que nos hagan caso o que cese el monopolio, que también nos beneficiaría.
Diario HOY, 9 de agosto de 1983

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