lunes, 2 de octubre de 2017

Enanos y gigantes


Ahora que está tan de moda la revisión de muchos temas históricos del pasado, de la historia general y de la particular de Extremadura, convendría decir que existe una falsa posición en tratar de juzgar con ojos y principios de  ahora a los hombres y los hechos que ocurrieron hace casi quinientos años.
Los hechos históricos hay que juzgarlos en el entorno en que se daban, con las corrientes ideales, políticas y religiosas de aquel entonces, porque la evolución del pensamiento del mundo y de los hombres que lo forman, ha ganado ahora unas perspectivas que hace quinientos años no tenía.
En esos quinientos años la filosofía, la religión, la política, la moral y el pensamiento en general han incorporado nuevas ideas que entonces no existían y sería injusto juzgar con la medida de ahora a los que midieron sus actos por “raseros” de su época.
Sería tanto como decir en el terreno de lo material que Cristóbal Colón hizo el “primo” por ir con tres carabelas a descubrir América cuando pudo esperar a que la “Iberia” tuviera sus aviones, que hacen más cómodo el viaje.
Esto, que puede parecer un chiste, no lo es tanto porque en el terreno del pensamiento el hombre de 1492 no tiene que ver nada con el de 1983, como un piloto de carabela no puede ser juzgado en su quehacer material de pilotar por un comandante actual de aeronave.
Pero de todo esto hay algo que no puede escapársenos y que parece ser suele olvidarse ahora, y es que el español de aquel entones era el hombre más preparado de su mundo, razón por la que España se puso a la cabeza del mundo de su época.
¿Podríamos decir igual del español de ahora? Yo, sinceramente, creo que el español de ahora se ha quedado rezagado respecto a su época, no ya por mirar glorias pasadas, sino por una pereza que nos invade y que se podría resumir con la desgraciada frase de Unamuno de “que inventen ellos”. Nuestros hombres de entonces fueron los mejores de su época y por eso estuvieron a la cabeza del mundo y es esperpéntico que los españoles de ahora, que no somos nadie en nuestro mundo —en el que nos ha tocado vivir—, tratemos de juzgarlo sacándolos de su entorno y de su mundo.
En el mejor de los casos es una ignorancia en profundidad de nuestra historia. Ahora vivimos la historia de los enanos y entonces vivíamos la de los gigantes.
Diario HOY, 7 de junio de 1983

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