El mundillo de los cazadores es un mundo aparte y un deporte que, como
cuenta con una gran masa de practicantes, está en candelero en estos días y es
rara la tertulia donde no sale a relucir el tema cinegético.
El pasado domingo fue el segundo en que se pudo cazar la tórtola en
nuestra provincia, y aunque la impresión primera era que este año habría menos
ejemplares de esta especie —cosa hasta cierto punto lógica, por la falta de
alimentos y agua— la verdad es que muchas partidas están encontrando “pasos” para divertirse al menos tan
frecuentados por estas aves de paso como en años anteriores.
Estas razones hacen que la crítica de los de aquí sea sobre los poquísimos días
autorizados en la provincia, cuando en las provincias limítrofes se pueden
cazar más días; en algunas, como Badajoz, también los sábados y jueves y en
otras todos los días.
Esto hace que vuelva a hablarse de las rarísimas decisiones que toma
el Consejo de Caza, máxime habiéndose sabido que la veda en Cáceres estuvo a
punto de no salir y que sí salió cinco días escasos es debido a la presión que,
en solitario, hizo uno de los pocos miembros de dicho consejo que representa a los
cazadores modestos. Ni que decir tiene que las opiniones de cada aficionado
suelen ser para todos los gustos y más o menos drásticas según el carácter del
que las expresa.
Algunos piden que esto de la media veda debería ser de tipo nacional y
no potestad de los gobernadores de cada provincia; otros que se deberían
renovar los consejos de caza dando entrada a más representantes de los
cazadores modestos que, en definitiva, son los que más deben entender de esto y
a los que más debería oírse.
Había quien señalaba intereses de otro tipo de alguno de sus miembros
más dedicados a otros tipos de caza y hasta algunos negocios montados alrededor
de ella, llegando a decirse que si alguno de estos miembros, por ejemplo, tiene
montado este negocio en la explotación de “la
berrea”, pudiera oponerse, por entender que el mayor número de gentes en el
campo en otras cazas puede dañar ese negocio.
Se llegó a decir que cualquiera que tenga montado negocios sobre la
caza, debería automáticamente dejar de tener voto en estos consejos, aunque
permaneciera como miembros consultado.
Más cosas salieron a relucir, como es la oposición casi general del
cazador modesto a que se cace la perdiz con reclamo, cosa que viene esquilmando
a esta especie, dígase lo que se diga.
En este sentido hubo una opinión que estimamos lógica hasta cierto
punto y que era: autorizar esta caza sólo a los mayores de 60 años, con
facultades disminuidas para ejercer otro tipo de caza, dándoles ocasión a
seguir con ésta, aunque limitándoles los días.
En fin, como pueden ver, hay opiniones para todos los gustos, y hasta
su marejadilla de fondo; por nuestra parte no avalamos ninguna de estas
opiniones, pero las recogemos, al menos para que se conozcan.
Diario HOY, 30 de agosto de 1983
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