(Incluida en el libro
“Ventanas a la Ciudad”)
Nos quedamos sin el “Ruta de la Plata” como nos quedamos sin abuela.
La RENFE, consecuente con sus propios acuerdos tipo Juan Palomo (yo me lo guiso
y yo me lo como), puntualmente suprimió el día uno mencionado tren. Ha habido
protestas de todo tipo en la línea que dicha ruta sirve; en Hervás han salido a impedir el paso de
otros trenes de mercancía —que es con los que únicamente les han quedado—, pero
para redondear la faena lo cierto y verdad es que en el propio Cáceres, ese
día, hubo viajeros para ese tren a los que se les dio con la puerta en las
narices. Hubo hasta una familia que viajó desde Badajoz con pretensión de tomar
aquí el “Ruta de la Plata” y que
protestaba indignada por la supresión del tren.
Cierto que los españoles, y los extremeños en particular, nos acordamos
tarde de lo que va a pasar, o no hacemos caso a lo que dicen los medios
informativos hasta que no lo sufrimos en nuestras carnes, pero también es
cierto que la RENFE falló a la hora de informar. Esta familia decía: Nosotros
creíamos que esto era una cosa de los políticos y como decían que habría una
moratoria, esperábamos que al menos la RENFE, si tenía decidida la supresión,
lo hubiera anunciado por la prensa con antelación... ¿No decían los políticos
que se seguía gestionando? Pues para que ustedes vean que la RENFE no escucha a
nadie, sobre todo si son extremeños, por muchos gestores políticos que tengamos
que de bien poco nos sirven con el “rodillo
socialista”. Yo no entro en si el “Ruta
de la Plata” era deficitario o no, lo que no entiendo es cómo a una
provincia se la puede quedar aislada ferroviariamente con el norte del país,
porque hay otras rentabilidades sociales como es el que muchos de nuestros
emigrantes tenían un enlace con el norte y ahora no lo tienen. Si esa es la
justicia distributiva a aplicar, estamos dados.
Diario HOY, 3 de enero de 1985
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