Yo no sé si es que nuestro Ayuntamiento se ha querido sumar al “Día Internacional de la Mujer” que se
celebró el pasado día 8, o la cosa viene de más atrás, como viene la obra a que
vamos a referirnos y se relaciona con el “Año
Internacional de la Mujer”, que se ha celebrado no hace tanto, y creo que
la obra en su comienzo coincidió con esas fechas.
Más vale que sea así, porque si no habría que pensar que, por ese
movimiento pendular lógico, nuestro Ayuntamiento, de machista ha pasado a ser
feminista, con una amplia discriminación de lo masculino que tendríamos que
analizar los hombres porque bien está que no se discrimine a la mujer, pero
esta no discriminación no debe montarse como una revancha contra lo masculino.
¿Qué si ellas salen a ganar dinero a la calle, para la familia, es lógico que
nosotros entremos a la cocina?, me parece muy bien, pero hay necesidades
comunes a ambos sexos en las que no debe haber discriminación alguna.
Pero comencemos a contar las cosas por el principio. Ustedes
recordarán que en la planta del Ayuntamiento, donde está la oficina del
cementerio y la de la Ejecutiva (sin que ello quiera decir que la planta toda
se dedique sólo a estas cosas nefastas) había unos urinarios, amplios y
capaces, sólo para hombre, ya que los femeninos —más coquetos y pequeñitos—
están en la planta próxima, donde continúan. Pues bien, en esos urinarios
comenzó una ingente obra de albañilería que ha durado meses y, ayer mismo,
vemos que la obra está concluida y a punto, aunque no sabemos si
inaugurada, vemos con asombro que
aquellos únicos urinarios masculinos se han convertido en cuatro urinarios, con
sus puertas correspondientes pero, y esto es lo que comentamos, tres de ellos
son femeninos y sólo uno y pequeñito para hombres.
¿Es celebración o discriminación?, esto es lo que habría que
averiguar.
Diario HOY, 14 de marzo de 1985
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